Pʀᴏɢʀᴀᴍᴀ ɪ.ᴀ.ᴍ || ᴊɪɴᴛᴀᴇ

Programa I.A.M - Verdad

POV TAE

Cuando tenía 10 años fuí a la fiesta de mi mejor amigo de la infancia.

Recuerdo que las paredes estaban forradas con papel decorativo de color amarillo, caían listones y serpentina del techo, como si fueran pequeñas lluvias de oro, recuerdo que era tan mágico como los globos que flotaban por todas partes. También recuerdo el lindo pastel de 2 pisos con una enorme autopista comestible en él, pero lo que más recuerdo... Sin duda es la cara de Jimin cuando empezamos a cantarle las mañanitas.

Jimin era un niño de baja estatura, poseía unas pequeñas y adorables manos que llenaba de ternura a las niñas que siempre venían a jugar en la casita del árbol con nosotros. Recuerdo las veces que me burle de juego cuando sonreía, sus ojos literalmente se cerraban por completo cuando reía, se hacían muy pequeños que decía que no podía ver nada, siempre fue un chico con mirada expresiva y comprensiva en todos los sentidos y si no hubiera conocido los grandes y carnosos labios de Kim Seokjin, diría que los labios de Park Jimin en forma de corazón son los más gruesos que había visto, las niñas de alguna manera y otra se morían por él, por lo buen aparecido que era con esa nariz recta, pequeña y respingada en la punta, con esa sonrisa amplia y si los seres mitológicos fueran reales, creo que nacerían varias hadas cada vez que sonríe, así como esa película de Tinkerbell y las hadas, y no es porque yo viera esas películas... A mi hermana menor siempre le gustaron.

Y en ese instante Jimin se veía tan feliz al soplarle a las velitas de su pastel, ese brillo en sus ojos fue tan único que pensé que nuestra amistad duraría toda la vida cuando lo vi mirarme y sonreírme de esa forma. Pero lamentablemente eso no sucedió.

¿Por qué?

Les diré la razón.

La misma razón por la que en este momento estoy fingiendo que no paso tales besos con Jin, la misma razón por la que estoy fingiendo que todo fue un sueño.

[Hace 8 años atrás...]

— Fue divertido abrir todos los regalos —Ese día me quedaría a dormir en la casa de Jimin. Había traído mi saco de dormir, mis cobijas y tenía en la mano una de las cómodas almohadas que me había dado mi mejor amigo.