Hay un refrán que dice: "la codicia rompe el saco". Ésto significa que, cuando alguien se deja llevar por el deseo de acumular riquesas, puede llegar a perderlo todo. Hace muchos años, la gente no llevaba el dinero en los bolsillos, si no en una bolsita, o saco. Cuando alguien llenaba el saco de monedas, éste terminaba rompiéndose y el miserable se quedaba sin nada. En lo que van a leer a continuación no hay ningún saco que se rompa. Pero si hay alguien codicioso que arruina mucho más que una bolsa en su afán de quedarse con el tesoro.
Estoy sola, muy sola. No puedo respirar. Nunca más el sol en mi cara brillará. Todo por unas malditas monedas. Cuando alguien se deja llevar por el deseo de acumular riquezas, puede llegar a perderlo todo.
Yo era una niña normal con una familia común, hasta que mis padres se separaron y tuvimos que reducir los gastos económicos. A mí no me gustaba para nada esa idea. La detestaba, no me interesaba si mi padre se acostaba con otra o la felicidad de mi madre, ya no podré hacer lo que me gusta, y odio eso. Ya no podré ir a clases de piano y tampoco de equitación. No podré ir más de compras al shopping, y todo eso me enfadó.
Por las noches soñaba las cosas que tendría si viviera sola: caballos, perros, zapatos, sombreros, vestidos y mucho más. Una noche, en la cama, mientras imaginaba ese futuro maravilloso, escuché ruidos extraños. En pijama salí de mi habitación sigilosamente para ver de donde provenían esos ruidos.
La luz de la luna se filtraba por las ventanas, y en el medio del corredor había una figura extraña. Yo me asusté, pero mi curiosidad era mayor que el miedo que sentía. Me escondí para que la criatura no me viera. El extraño ser levantó una baldosa del piso del corredor y metió monedas de oro dentro del agujero que había debajo de la baldosa. Cuando la criatura terminó su trabajo, yo salí de mi escondite a investigar y si, eran monedas de oro puro. Agarré una bolsa y tomé unas pocas. Luego escuché unos ruidos, asi que puse la baldosa en su lugar y volví a mi habitación a esconder las monedas que agarré y me fui a dormir. Pero yo no me conformé con las monedas que tenía. ¡Yo quería más!, ¡mucho más!.
A la noche siguiente, volví a seguir juntando más oro. Me metí adentro del agujero de la baldosa para poder sacár más. Pero la baldosa mágicamente se cerró. Conmigo dentro.
_¡Ayúdenme!, ¡ayúdenme!. ¡Por favor!.
Mis palabras no sirvieron de nada.
Nada era para mí. Nunca debí volver. Por siempre aquí estaré.
Traté de salir con un cuchillo que tenía en caso de que la criatura apareciera, pero no había caso, todos mis esfuerzos fueron en vano. De tanto forzar el cuchillo se termino rompiendo. Trate de hacer palanca con las monedas de oro, incluso trate de levantar la baldosa con mis uñas, pero nada funcionaba.
Aquí estoy yo ahora, hace 20 años que estoy atrapada en este lugar, condenada a sufrir ¡por culpa de la maldita codicia!. ¡¡Maldita niña codiciosa!!. Estoy aquí ya toda putrefacta, con la piel verdosa que se me cae a pedazos, mis uñas rajadas y partidas, pero las monedas de oro están intactas.
Al día siguiente de este suceso, mi mamá y mis hermanas me buscaron por doquier, llamaron a la policía y todo. Se ve que eran sordos porque ya no tengo cuerdas vocales, porque me las desgarre pidiendo auxilio desde este oscuro lugar. Pero bueno, supongo que meresco todo esto.
Tiempo después, mi familia se mudó a otra casa, quedando esta en venta. Igual, nadie la quizo comprar porque decían que estaba embrujada, que se escuchaban ruidos a la noche, Jajaja, si sólo supieran que lo único que hay aquí es una maldita codiciosa podrida con el alma sucia y llena de monedas para gastar en el vacío propio más grande que el del gran cañón.
Me siento sola y vacía, me hubiera encantado poder disfrutar de lo hermosa que es la vida. Si pudiera volver atrás nunca hubiera cometido este terrible error.
Nunca.
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La codicia rompe el saco
FantasyCuando alguien se deja llevar por el deseo de acumular riquezas, puede llegar a perderlo todo.