EFÍMERO

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—Me has llamado en navidad

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—Me has llamado en navidad...—Murmuró Yugyeom, cerrando sus ojos ante el tacto de los finos dedos de Mark que le hacían temblar. —Estás conmigo en las vísperas de navidad y no con tu esposa e hijos.

Mark cerró los ojos también, cuando acudía a Yugyeom, lo último que deseaba escuchar era acerca de su esposa e hijos, acerca de cualquier cosa que le recordara que existe una realidad afuera de la burbuja que creaban en la oscura habitación de un motel barato. —Nunca me dejas encender la luz.

—No quiero que me veas. —Respondió. —Me da vergüenza que veas mi cuerpo.

Mark sonrió, besando con dulzura su mejilla. —Eres hermoso.

Yugyeom se sentó en el borde de la cama, dándole la espalda a Mark que suspiró colocando sus brazos detrás de su cabeza. A través de la ventana entraba una tenue luz que iluminaba la figura de Yugyeom. Mark notó la cantidad de cicatrices que le recorrían el cuerpo, aquellas que él sentía cada vez que lo tocaba y que adoraba llenar de besos.

El coreano hizo un ademán para alcanzar su ropa interior, pero Mark lo detuvo. —Salgamos a comer algo.

—¿Hm? —Yugyeom se giró, desconcertado.

—Dejé a mi mujer... Por eso no estoy con ella en navidad.

Yugyeom asintió levemente. —Mis servicios no cubren una cena, señor Tuan.

—No lo mires como algo de tu trabajo. —Pidió. —Solo acéptame una cena.

El coreano se puso de pie finalmente, colocándose su ropa interior y pantalones raídos por culpa de su antigüedad. Su ropa vieja hacia contraste con el elegante traje echado al suelo de Mark.

Yugyeom pensó que conocía muy bien al tipo de hombre que era Mark, un ricachón en el armario con un trabajo perfecto, una esposa e hijos perfectos, que se refugiaba en los bares y burdeles de mala suerte para encontrar calor en los brazos de otro hombre y descargar sus frustraciones en sexo salvaje y promiscuo. Pero Mark no resultó ser así. Mark besó su cuerpo, acarició sus heridas y le hizo el amor. Lo abrazó después de tener sexo y le dijo que era bonito. Desde entonces iba cada viernes a visitarlo. Yugyeom no pensó verlo ese viernes, el viernes de navidad.

Todos estaban con su familia y amigos, pero él no tenía familia y tampoco tenía amigos. Por eso estaba solo en la habitación que vivía cuando Mark le envió un mensaje.

Quiero verte.

Pensó decir que no, quizás Mark estaba borracho y por eso acudió a él. Quizás Mark lo dejaría plantado porque su mujer e hijos eran más importantes. Pero Mark no estaba borracho, estaba con él y quería estar con él.

—No creo que sea buena idea. —Terminó por contestar, inclinándose a tomar su camiseta. Mark volvió a detenerlo.

—Entonces te pagaré otra sesión, vuelve a la cama por favor.

Efímero ; markgyeom [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora