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--¡Yo te dije esta mañana que no podía pasar por los niños! ¡Pero como nunca me pones atención, por estar pensando en quien sabrá cuantos hombres con los que me eres infiel! -decía mi padre enojado

--¡NO ME VENGAS A HABLAR DE FIDELIDAD, QUE NO TE QUEDA ESA POSTURA! -contrataco mi madre

--¡¿Podrían dejar de discutir?! -les grite a mis padres que peleaban en el auto -viene mi pequeño hermano

Veníamos de la escuela, mis padres de su trabajo, y habían comenzado a discutir, aunque no era nada nuevo, desde que mi pequeño hermano nació, las peleas se habían hecho cotidianas. El hecho de que mi hermano pequeño los escuchara discutir me ponía enojada, es aún muy pequeño para entender los problemas de parejas.

--¡No te metas! -gritaron ambos adultos mientras seguían tirandose tierra

Cargué a mi pequeño hermano de apenas 5 años y le tape los oídos para que no tuviera que escuchar la pelea estúpida que tenían sus papás. El nene amenazaba con llorar, formando un puchero en su boca, por lo que tuve que abrazarlo para evitar su llanto, con la pelea de mis padres era suficiente.

--¡Fíjate en la carretera! -grito mi madre

Era tarde. El camión que venia intento sacar la vuelta igual que mi padre pero ya habia sido tarde, ambos transportes impactaron. La velocidad a la que íbamos hizo que el carro diera vueltas y vueltas hasta caer por un barranco. Yo solo pude abrazar a mi hermano con fuerzas, en un bobo intento de protegerlo. Después de caer, todo se hizo negro, todo se apagó.
Abrí levemente los ojos y vi que ya estaba anocheciendo, y no había nadie alrededor. Tome mi teléfono y con la linterna comencé a ver lo que había. Seguía en el auto, y vi una imagen que jamás podría borrar de mi cabeza. Mi padre inconsciente, con ambas piernas rotas y sangre en su cara. Mi madre aunque respiraba estaba muy malherida, igual llena de sangre. Y mi hermano pequeño estaba bien, solo lloraba y lloraba, no tenia ningún rasguño. Me mire en el espejo de mi celular y encontré que tenia varias cortadas en la cara, además de una pierna rota.

--Diego -le dije débilmente a mi hermano

El me miro y pareció que encontró la luz al final de este túnel. Aunque no tenia fuerzas, llamé al número de emergencias para que vinieran a auxiliarnos. Me sentía débil, muy débil, tanto que apenas y colgué la llamada, volví a ver todo negro, incluso el llanto de mi hermano se hizo inaudible, y es todo lo que recuerdo hasta le día de hoy.

·Imaginario· ~BoggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora