Amber,Amber

Cap.3

Regresar era mas corto que ir a la escuela, y pasársela sola era lo mejor que ella pudiera desear. Mientras caminaba recordaba la propuesta que "Rory" (¿o no era ese su nombre?) ella sabia que era una propuesta pero para que aceptarla si a ella no le importaba que la molestaran, seguiría igual "El tonto no aprende" se dijo a si misma "es tan tonto que no sabe ver la estupideces que hace y cuando lo descubren no lo reconoce y las demás personas tampoco". Cruel realidad.

Había llegado a su casa y fue recibida por Constance ;una mujer de la tercera edad, muy pequeña y de ojos esmeralda. Para Amber era su abuela por que los abuelos que tuvo no la notaban ;"Hubiera nacido hombre".

-Buenas tardes señorita Amber, como te fue en la escuela- su voz era dulce,amable y tranquila.-Amber respondió a la viejita con una sonrisa.Falsa. -Señorita. David el jardinero necesita dinero...- Amber puso los ojos en blanco- Constance usted sabe que yo no manejo el dinero, avísele a mi padre por favor.- Se fue olvidando a la viejita y se dirigió a su cuarto. Un lugar confortante y aislante de pestes, pero no de pensamientos. Era desesperante saber que su casa era un refugio, un refugio invadido. Hoy no tocaba ninguna de sus clases era día aburrido de hacer tareas, escuchar música, pensar en su futuro y lo mas importante su soledad. Verán a pesar de que a Amber no le importaban sus compañeros, nunca convivía con sus padres y lo únicos que ellos sabían era "tengo una hija de 16 ó 17 años y es adolescente","le han de gustar lo jóvenes", "sus desiciones son erróneas por que es adolescente", etc. Nunca se detuvieron a decir: "mi hija es diferente , única y lista", la mayoría de todo lo que aprendió de educación y valores fue por parte de Constance. Su vida seria completamente inútil si no fuera por Constance, era como su dulce hada/madrina, sus recuerdos con ella eran mas dulces que con los de su familia, un recuerdo era un festival en secundaria no tenia un vestido para lucir y la dulce viejita arreglo uno que ella tenia, esa noche nadie la invito a bailar, pero que bello lucio el vestido ella era la enviada y por eso la odiaban. Entre tanto recuerdo se quedó dormida y su vista se volvió borrosa.
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-Bienvenida!- dijo ella.

-¿disculpa pero tu eres yo?- dijo Amber

-si, y yo soy tu...¿estas lista?-

-¿para donde?-

-A irte, despídete-

-¿De quién?-

-De ti-

(FIN DEL SUEÑO)
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