-¿Podrías abrazarme sin razón?

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Desperté. Lágrimas frías corrian por mis mejillas mientras colocaba mi mano derecha sobre el centro de mi pecho e intentaba separar la realidad con el sueño que acababa de tener, ¿Por que de nuevo?...

Mi nombre es María José, pero a decir verdad detesto mi nombre así que todos menos mi familia me llaman Majo, soy una persona muy simple, callada en multitud pero muy ruidosa en confianza, tengo miles de miedos y creo tener un tipo de depresión moderada; distimia, siempre he sido catalogada como rara y adorable, ya sea por mi comportamiento o sueños...y desde hace unos cuantos años no dejo de tener sueños que se sienten tan reales donde acabo llorando, o con un sentimiento terrible de tristeza, al igual que al despertar siempre tengo un sentimiento de vacío en mi pecho, como si me hubieran quitado un cachito de mi corazón.

(...)

-¿Qué vas a desayunar?-.
Escucho por lo bajo a mi abuela, si ella supiera que desde hace mucho tiempo mi apetito y hambre se esfumaron. Me encojo de hombros y respondo mientras todavía estoy recargada en la pared, mareada, gracias a mi deficiencia de hierro.
-No lo sé, lo que sea está bien-.
Y me incorporo nuevamente para empezar a caminar hacia la alacena y tomar lo primero que vea.
-¿Segura que no quieres que te prepare algo?-.
Una pequeña mueca se genera en mi, pero rápidamente niego con la cabeza y continuo con lo mío.

(...)

-¿Qué crees que signifique?-.
Escucho tras mi cabeza el tono ligeramente grave y preocupado de uno de mis mejores amigos, Darius, es un chico tan sólo un año mayor que yo, pero es bastante maduro al igual que muy territorial y sexoso, tiene una personalidad de gato en celo terrible al igual que la maldad y deseo sexual de un íncubo.
-¿Soñar algo tan fuerte que te haga llorar? Tal vez el karma de una vida anterior-.
Escucho del otro lado a Lina con su tono burlón responderle a Darius, Lina es once años mayor, sin embargo llevamos bastantes años juntas por lo que la edad no afecta en nuestra relación, ella además de sensual es muy coqueta, es la típica chica que al verla creerías que es muy sumisa, pero ella es el vivo ejemplo de una mujer alpha dominante, ella más que nadie es mi consejera, mi segunda mamá y la amistad más larga que he tenido. Asomo mi cabeza la cual estaba escondida en mis brazos y obvservo a la pelirroja.
-¿Tu crees? A este punto podría odiar a mi yo de una vida pasada...-.
Digo tras chasquear la lengua y volver a esconder mi cabeza.
-Si no sabes que es lo que hiciste, tal vez sea una señal o algo así-. Murmura el chico azabache pues no se escucha muy seguro de sus palabras.
-Nada es imposible Darius, sólo necesita descubrir que sucede-.
Dijo la pelirroja mientras sentía como tomaba uno de mis mechones de cabello para jugar con el, comienzo a escuchar la voz de Lina cada vez más lejos hasta quedarme dormida oculta en mis brazos.