CAPITULO 2 PARTE 2

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-¿Estáis hablando de Damen, chicas?- susurra Miles, que se sienta en el banco y apoya los codos sobre la mesa. Sus ojos castaños se pasean entre nosotras y una sonrisa aparece en su rostro infantil-. ¡Está como un queso! ¿Habéis visto sus botas? Son tan Vogue... Creo que voy a invitarlo a ser mi próximo novio.

Haven entorna sus ojos amarillos.

-Demasiado tarde, ya me lo he pedido yo.

-Lo siento. No me habia dado cuenta de que te molaban los tipos que no son góticos.- Miles sonríe y pone los ojos en blanco mientras retira el envoltorio de su sándwich.

Haven se echa a reir.

-Si tienen ese aspecto, si. Ese tío está buenísimo, te lo juro; tendrias que verlo. -Sacude la cabeza, fastidiada por el hecho de que no estoy dispuesta a u unirme a la diversión-. Es...¡la bomba!

-¿Tu no lo has visto?- Miles agarra su sandwich y me mira con la boca abierta.

Clavo la mirada en la mesa, preguntandome si deberia mentir. Estan armando tanto jaleo que me parece la unica forma de librarme.

Pero no puedo hacerlo, a ellos, no. Haven y Miles son mis mejores amigos. Mis unicos amigos. Y tengo la impresion de que ya guardo bastantes secretos.

-Se sento a mi lado en clase de Lengua- admito finalmente-. Nos obligaron a compartir el libro. Pero en realidad no lo vi bien.

-¿Os obligaron?- Haven se aparta el flequillo a un lado para tener una vision clara de la rarita que ha dicho algo semejante-. Valla, debe de haber sido un infierno para ti. Que horror...- Hace un gesto de exasperacion y suspira-. No te haces una idea de la suerte que tienes, de verdad. Deberias sentirte agradecida.

-¿Que libro?- pregunta Miles, como si creyera que el titulo va a revelar algo de lo mas trascendente.

-Cumbres borrascosas.- Me encojo de hombros y dejo el corazon de la manzana sobre la servilleta antes de envolverlo con ella.

-¿Y la capucha?- pregunta Haven-. ¿La tenias bajada o subida?

Lo pienso un momento y recuerdo habermela subido cuando Damen se acercaba a mi.

-Hum...creo que subida- respondo-. Si, subida, seguro.- Afirmo con la cabeza.

-Bueno, menos mal- murmura ella al tiempo que parte la magdalena de vainilla por la mitad-. Lo ultimo que querria es que la diosa rubia entrara en la competicion.

Doy un respingo y bajo la mirada hasta la mesa. Me da verguenza que la gente diga cosas como esa. Al parecer, antes vivia para ese tipo de halagos, pero ya no.

-Vaya, ¿y que pasa con Miles? ¿A el no lo consideras un competidor?- pregunto en un intento de alejar la atencion de mi para centrarla en alguien que realmente pueda disfrutarla.

-Eso...- Miles se pasa los dedos por su corto cabello castaño y se vuelve para ofecernos su mejor perfil-. Debes tener en cuenta mis posibilidades.

-Menuda estupidez...-afirma Haven al tiempo que se sacude las migas blancas del regazo-. Damen y Miles no juegan en la misma liga. Lo que significa que ese aspecto de modelo irresistible no te va a servir de nada.

-¿Y tu como sabes en que liga juega el?- pregunta Miles con los parpados entornados mientras le quita el tapon a la bebida reconstituyente-. ¿Como estas tan segura?

-Tengo un radar para los gays- afirma ella al tiempo que se golpetea la frente con el dedo-. Y, creeme, ese tio no sale registrado.


Damen no solo esta en mi clase de Lengua de primera hora y en la clase de Arte que tengo a sexta hora (no es que se sentara a mi lado, y tampoco puede decirse que yo lo mirara, pero los pensamientos que flotaban en la estancia, incluso los de nuestra profesora, la señora Machado, me informaron de todo cuanto necesitaba saber), sino que al parecer tambien ha aparcado el coche al lado del mio. Y aunque hasta el momento he logrado no ver otra cosa que sus botas, se que mi periodo de gracia esta apunto de llegar a su fin.


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