COMPANIONS ADVENTURES

Uno

Con haber pasado un par de 2 horas desde que Emma empezará a cocinar, Arthur se encontraba en su habitación algo incómodo; su presentimiento solo crecía, algo no estaba bien, era claro y eso lo asustaba. Su mod no era para nada gentil en estos temas y él la conocía bien con tan sólo llevar unos meses se dio cuenta que ella era dramática, le gustaba hacer sufrir a las personas, en especial a personajes ficticios como a él. <<Qué mala suerte para mí>> se dijo en su mente.

Acomodo el cuello de su traje recuperando su postura en lo que se miraba en el espejo, extendió su brazo a su mesa de noche y con su mano tomó aquel vaso de agua helada que contenía algunos cubos de hielo. Dio un gran trago y agregó la pastilla
anti-entres para tragarse todo junto; suspirando con pesar se alejo del tocador de su habitación para ir directo abajo al comedor.

Mientras con la rubia California, se encontraba terminando de hamachacar aquellas papas hervidas para agregar la mitad de la barra en mantequilla e ir mezclando para crear aquel pure de papa que le encantaba. La alarma del horno sono sólo dando a entender algo.

— ¡El pastel de carne está listo! — Le dijo a los cocineros para que uno de ellos fuera colocando se los guantes para sacar del horno aquella bandeja de vidrio que contenía aquel pastel de carne jugoso, con aquel tocino que lo cubría verse totalmente rostizado. Y por dentro de esta sabrosa delicia salada, contenía condimentos, pimientos morrón, una pizca de sal de ajo, pimienta molida, cebolla, tomate, espinacas y obviamente lo más importante para formar este pastel, carne molida amasada con pan. Y con aquella carne jugosa lo hacía exquisito. Al ser partido en cuadros cada trozo terminaba en un plato, en este caso, dos platos ya si se queria más con gusto se agarraba otro pedazo. El plato no sólo contenía aquel jugoso trozo de carne, sino que aparte venía acompañado de una ensalada romana con aderezo cesar y una gran cucharada sopera de puré de papa.

Sonriendo la rubia con su obra maestra, se notaba orgullosa de lo que hizo, sin duda le fascinaba cocinar y esperaba por supuesto hacer más platillos. Será tal vez algúna trampa está cena que venía pero, eso no signicaba que debía verse bien todo esto. Emma se lavo las manos y se limpio el rostro con un trapo elimando de paso el sudor que obtuvo por andar en la cocina con una cierta temperatura alta. Fue a su habitación y se vistió algo formal: un vestido rojo brillante y se puso sus tacones bajos negros. Se hizo una coleta con bluque y se dispuso a bajar para ir al comedor.

........

Estando ya los dos en el comedor, se sentaron en sus respectivos lugares y se acomodaron para que les fueran presentando el menú de aquella noche.

— ¿Tu pastel de carne será el plato fuerte hoy? — Alzaba la ceja el rubio volteando a ver a su mod.

— Sip, quise que cancelaran el banquete de hoy, no comeremos tanto hoy. — Comentó serena la rubia con una sonrisa viendo lo. Se miraba traviesa.

— OK, ¡ya dime que tramas, me pones nervioso!

Rie viéndolo — Me dices que actuó rara, y mirate tú, estás muy tenso.

— Sí lo estoy, es por ti. Cuando te pones así de... Fe-liz~ es por algo y casi siempre es porque planeas algo malo.

— Estas paranoico como Ramón, creo que te están pegando lo paranoico — Rie divertida — Vamos relajate, no es nada malo lo que esta pasando, y de hecho no esta pasando nada. Solo es tu cabeza creando cosas. — Sonrió.

—... Me estás asustando...— Aclaró ahora dibujando en su rostro una mueca de susto.

— Tú mismo te asustas — Dijo en su defensa tranquila.

Arthur solo la observó algo nervioso, mientras su mano temblaba un poco. Primero el comentario de la mañana, después su desaparición y al rato después regresando con compras y productos infantiles para un bebé ¡algo estaba mal definitivamente! Y ella se lo estaba ocultando. A lo largo que servían los aperitivos antes del plato fuerte, ambos fueron comiendo. Emma comía toda tranquila y Arthur parecía que estaba viviendo un infierno en este momento, los nervios lo estaban comiendo vivo. — Relajate. — Replicó la rubia oji-verde miel limón. Arthur solo trago saliva y respiro hondo intentando calmar esta tensión que lo estaba atormentando, tanto suspenso, tanta tensión en el ambiente le estaba provocando estrés y de nuevo lo del bebé volvió a su mente, pensó en las cosas en ¿Quién sería aquel bebé que Emma ESPERABA? Ella obviamente estaba esperando algo. — ¡Arthur! — El joven adulto reaccionó de sus pensamientos y observó a su mod.
— Ya calmate por favor... — Arthur solo dedico una sonrisa nerviosa y suspiro.

— Emma, enserio... Esto me está asustando, solo se me sincera por favor... — Dijo algo suplicante expresando una mirada de intriga.

—... — Suspira. — Solo quiero tener un bebé en el castillo ¿sí? Quiero cuidar uno, así que una amiga me lo traerá al rato y lo cuidare por unos días.

— Y si entonces no será tuyo, ¿Por qué compras tú cosas? — Examinando la situación.

— Porque es un bebé huérfano y lo cuidare hasta que encontremos un hogar para él. — Dijo en su defensa.

—... Ok eso ya es más comprensivo... Eh, comprendo ya... — Rie nervioso.

— Bien, parece que te calmaste. — Serena — ¡Ahora a comer! — Y al momento unos sirvientes entraron con la bandeja de vidrio, los platos, copas y cubiertos. Y sin faltar una botella de champán.

— Uff ahora si te luciste Emma. — Comentó ya un poco más calmado viendo algo asombrado y con antojo el plato que le dieron sus sirvientes.

— Gracias, ¿Te sirvo champán? Debemos celebrar que un bebé tendrá un hogar.

— Si, tienes razón— Sonrió leve.

Emma al escuchar eso, sonrió demasiado rápido y tomó el vino para servirle en la copa de oro. Sacó de su vestido el frasco de un líquido celeste, que Merlín el hechicero, le había dado. Y recordó las palabras del hombre, ''Sólo con una gota y habrás convertido a alguien en un bebé''.
Al momento aquella gota celeste fue cayendo adentro de la copa hasta que se mezcló con la bebida que ya hacía adentro de la copa. La rubia suspiro serena y se la dio a su tod.

Se sento a comer ella también y entre ambos platicaron un rato mientras comían. Con el haber pasado una media hora Arthur ya más tranquilo y animado tomó su copa y observó a su mod. — ¿Sabés? Creí que esto saldría mal, pero salió mejor de lo que pensé...— extendió la copa y la acercó a sus labios para dar unos cuantos sorbos. Emma solo sonreía emocionada e intentando no exagerar con un chillido futuro. En cuanto Arthur se terminó la bebida de la copa, vio tranquilo con una sonrisa leve a su mod para sentir un mareo repentino. Y con ello un disgusto en el sabor de la bebida.

— ¿Pasa algo?— Viendo intrigada.

— Eh no, sólo... Un mareo — Dijo con ganas de vomitar, el sabor le empezaba a provocar nauseas.

— ¿No sientes tal vez algo... Diferente?

— ¡Sólo se que quiero vomitar! — Se levanto de su silla y salió corriendo al baño más cercano.

— ¡Arthur!— Fue a perseguir lo, algo preocupada ahora. En cuanto llegó al baño de hombres vio en el pasillo del castillo, al rubio vomitar sobre una maceta. Cayó débil el joven adulto al suelo y jadeo. — Arthur dejame llevarte a tu habitación, no te ves bien. — Lo ayudo a levantarse y lo fue llevando a su habitación. En cuanto llegaron, rápidamente Arthur cayó al suelo otra vez mareado.

— ¿Qué fue lo que me diste?!— Grito exaltado para marearse otra vez

— Eh pues... Posiblemente... Un encantamiento que te hiciera bebé...— Jugando con sus dedos nerviosa.

— ¿QUÉ?

— Pero tranquilo, no durará... Mucho. — Lo ayudó a levantarse y lo acostó en la cama.

— ¡Emma, te metiste con cosas que no comprendes aún! ¿Qué traerá de bueno hacerme un bebé?! — Sintiendo una contracción y náusea intento rodar al otro extremo de la cama para vomitar pero rápidamente se cayó al suelo.

— ¡Arthur! — Fue al otro lado y sólo observó el bulto de cobijas tiradas en el suelo. — ¿Arthur? — Se acercó curiosa e intrigada para extender su mano y levantar las cobijas viendo así aún niño de 3 meses llorando asustado y empezar a entrar en un llanto. Emma no pudo evitar que sus ojos se iluminarán de ternura por lo que chillo amortiguando un grito de emoción.