6- Chico Pupitre

1.2K 171 50
                                    

*Yuki*

Corrí a mi departamento lo más rápido que pude, tenia mis zapatos y medias empapadas, correr entre los charcos de agua por esas calles habían dejado mis zapatos así.

Al llegar al edificio, subí las escaleras casi volando, casi me caigo varias veces, pero no me importó, yo solo quería llegar a mi casa.

-Mi niña, ¿Por qué estás aquí tan temprano? - Dijo la anciana.

Era la dueña de edificio, dijo conocer a mamá de joven, le tenía tanto cariño que me dejó vivir aquí gratis. Ni siquiera sabía bien su nombre, solo le decía "Abuela".

-¡DEJAME EN PAZ, ABUELA"- Grité.

La dejé hablando sola. Subí hasta el maldito quinto piso, abrí la puerta de mi departamento, y entré azotando la puerta atrás de mi.

Me tiré en mi cama y comencé a dar muchas patadas en el aire.

-MIERDAAAAAA- Grité poniendo una almohada en mi cara.

Me sentía impotente, rara, enojada, pero sobre todo... Muy triste.

Fui al baño y me metí a la tina con todo y ropa, por suerte no abrí la llave del agua, habría sido incomodo.

Justo ahora estaba pasando por una de mis crisis habituales, sentía que el aire me faltaba, pero no podía dejar de moverme. Se supone que el medicamento de Mierda que me recetan me ayuda a controlar mi temperamento, esto no debería estar pasando.

Retomé lo que me dijo el doctor.

"Yuki, solo abraza tus piernas y trata de respirar lento" - Esas fueron sus palabras.

Abracé mis piernas y me meseaba para enfrente y para atrás mientras trataba de respirar lento.

-Ya pasó, ya pasó, ya pasó, ya pasó, ya pasó, ya pasó, ya pasó, ya pasó- Me decía una y otra vez.

Pero no había pasado nada, aun sentía esa impotencia. Todo mundo sabrá en la escuela quien soy gracias a esa idiota. Sabía que cambiarme de escuela era mala idea.

Si mancharan mi  imagen en Shiketsu, por lo menos ahí hay gente que me conoce y creerá en mi.

Pero en esta escuela nadie me conoce, ¿Cómo haré para que me crean?

Bueno, para que me crean, debo contar mi historia, la verdadera historia. Y aún no estaba lista para eso.

.

Me quedé dormida en la tina. Siempre me quedaba dormida después de un ataque de esos, al despertar, todo me daba vueltas y estaba confundida. Pero nunca perdía la memoria, mi doctor dijo que eso era bueno.

Me levanté de la tina, fui a mi cuarto a cambiarme de ropa y a continuar con mi vida.

Pará no perder la cordura, tenía una rutina que debía mantener al pie de la letra. Ya la altere un poco por que llegue temprano de la escuela e hice un berrinche conmigo misma, pero ahora debía limpiar mi alfombra. Todo el piso, excepto la cocina, era de alfombra, y tenía que aspirarlo por lo menos dos veces a la semana.

Difícil (Aizawa x OC) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora