Capitulo 9

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Digamos que luego de lo que pasó, Agus se sensibilizó. Pensó en lo que había hecho, estuvo mal, no se discute eso, pero digamos que tampoco era su culpa.

No sabía que era lo que estaba en la estación, pero había algo que a Agustín no le queda claro, era cómo sabía Agus que esos cuerpos eran un crimen de la familia de Maxi.

Tengo una pregunta- dijo Agustín

¿Cuál es?- pregunto Agus

¿Como sabías que a esos cuerpos los habían matado la familia de Maxi?- pregunto

Antes de que llegaran- comenzo- el padre de Maxi ya tenía bastantes denuncias pero ninguna llegaba a nada, por que era amigo del alcalde- decía- pero cuando se lo llevaron detenido descubrieron que el era responsable de todos los crimenes- finalizó

Agustín no creía lo que escuchaba, ya decía que ese pueblo le parecía muy extraño, y que nadie hablase de nada sobre los Espindola.

¿Pero por que tiene tanta fama?- pregunto otra vez Agustín

Dicen que los primeros Espindola fundaron el pueblo- respondió Agus

¿Enserio?- volvió a preguntar Agustín

Si- corroboro Agus- pero dicen eso, no está comprobado, ya que los papeles del acta de fundación se quemaron- dijo diciendo lo último con comillas en el aire

Entre tantos chicos, ¿tenías que enamorarte de el?- le pregunto

Bueno, es que es lindo- respondió Agus entre hombros

Pero conseguite uno que no descienda de mafiosos- le dijo- pero no niego que es lindo

Ambos rieron, entre charlas y risas llegaron juntos al hotel donde se hospedaban los chicos.

Agus sabia que se había mandado una grande, por lo que la disculpa también va a tener que ser muy grande, pero el problema era que no sabía cómo pedir perdón.

Perdonen, no sabía lo que hacía. No, muy básico, lo lamento mucho. Sonaba arrepentido pero no lo convencía. Las posibles disculpas se en su cabeza como personas esperando para abordar el tren.

Con el corazón casi en la boca camino hacia la habítacion, la mano le temblaba y tenía miedo de tocar si quiera el picaporte.

Se sentía como si todo el mundo lo estuviese viendo, como todas esas miradas se clavaban en su nuca como garrapatas que no saldrían fácilmente.

Tranquilo- lo reconfortó Agustín dándole una palmada en la espalda- van a entender- dijo con una sonrisa

El, solo esbozo una sonrisa tímida mientras su temblorosa mano se acercaba más al picaporte dorado, el corazón le latía cada vez más rápido.

Tomo el picaporte, el punto de no retorno, lentamente comenzo a girarlo pero se detuvo al escuchar risas del interior de la habitación.

Su expresión cambio a una curiosa y busco con la mirada a Agustín quien estaba igual, pusieron sus manos en el picaporte y juntos abrieron la puerta llevándose una gran sorpresa consigo.

En la habitación estaban los 4 chicos afectados y Maxi, se los veía felices y para nada preocupados, es más, estaban felices y estaban a punto de brindar.

Veo que está todo bien- dijo Agus dudoso

Nadie emitió palabra, nadie se movió por un momento, hasta que Maxi se encargó de romper eso moviéndose hasta Agus y llevándolo fuera de la habitación.

Agus y Maxi estaban a solas en el pasillo, Agus ahora tenía cara de confusión, mientras Maxi esbozaba una sonrisa de oreja a oreja.

¿Que fue todo eso?- pregunto Agus

El amor no entiende de bandosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora