Dos día habían transcurrido desde su encuentro con la persona que menos se imaginaba, aunque tratara de negárselo así mismo, era inevitable pensar en ella, estaba tan cambiada en todo el sentido de la palabra. En esos dos días no había podido sacarse de su mente la idea de su cabeza de lo que significaría trabajar con ella, sabía que no sería fácil, se mantuvo pensativo toda la tarde, cosa que a su novia Lilly no le agradó para nada ya que estaban planeando donde pasar su fin de semana y el no le estaba prestando ni un poquito de atención.
- Que es tan importante como para que no me estés prestando atención? - le preguntó no aguantando más su falta de interés.
- Disculpa Lilly - pensó en algo rápido, no quería que ella se enterara que su nueva compositora estaba abarcando sus pensamientos - estaba pensando en Yasiel, Leslie me tiene muy presionado con relación a su próximo cumpleaños.
Leslie Escolático es la madre de Yeiden Williams Escolático, hijo de Yeiden. Leslie y Yeiden tenían alrededor de unos 10 años separados, pero esto no evitaba que mantuviera contacto con ellos y que su relación con su hijo fueran tan buena como lo ha sido siemprte. En unos días estaría cumpliendo 11 años y su madre quería hacer la celebración y como era de esperarse, lo estaba presionando para que le diera una cantidad de dinero que, obviamente era exagerada, ese era otro tema que lo tenía desorbitado.
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Por otra parte, Ennifer trataba de no pensar en él, se mantuvo lo más ocupada que pudo, limpiando la casa, lavando la ropa, organizando las habitaciones, haciendo cualquier cosa que mantuviese su mente ocupada y libre de pensar en él, pero era inevitable ya que, según habían acordado y estipulaba en el contrato debía entregar al menos 25 canciones cada dos meses, cosa que la llevaba directamente a pensar en él.
Aunque tratara de negárselo, lo encontró tan hermoso como siempre que lo veía en las revistas, no podía disimular que aún gustaba de él, después de tanto daño y sufrimiento que le causó y aún así seguía sintiendo que su barco se hundía por él. Apartó aquellos pensamientos y se dispuso a escribir, ya tenía algunas letras en su cabeza así que sólo le dio riendas sueltas a su mente. Al cabo de tres horas ya había escrito una canción, tomó un pequeño receso para ir a la cocina y buscar algo de comer, sus hijos se fueron a pasar el fin de semana con su abuela Mery como siempre y esto ayudaba a concentrarse con el estruendoso silencio que albergaba su casa siempre que ellos no estaban.
Cuatro años después de su separación del padre de Johan su hijo mayor, empezó a tomarle cariño a la repostería, cosa que la llevó a hacer un pequeño curso virtual y esto la ayudo a conseguir un trabajo de medio tiempo en una panadería que estaba a pocos metros de su casa, comenzó horneado unas galletas sencillas, luego mini cupcakes hasta que después de un tiempo ya manejaba todos los utensilios de la repostería y sabía preparar desde una simple galleta hasta el más delicioso brawnis. Gracias a este trabajo logró pagar sus estudios y también ayudo a poner su propia mini tienda, en la cual se vendía no sólo cosas dulces sino también accesorios para demás; esto se debió a que la hermana mayor de Ennifer, Sophia, hacia ya unos años había instalado en su casa una boutique, así que se asociaron e hicieron una tienda familiar llamada The Cookies House and Boutique.
Con las ganancias de este convenio familiar lograron comprarle un apartamento a su madre, cosa que hizo más feliz a Ennifer que a su propia madre ya que, desde muy pequeña había sufrido por el pago de alquiler, Sofía también compró un apartamento para ella y lograron colocar dos tiendas más en diferentes puntos de la ciudad. Ennifer por su parte se había enamorado de una casa bastante acogedora a unos dos a kilómetros de distancia de su madre, la cual tenía un pequeño patio donde había hecho un área de juegos para sus hijos, cosa que pensaban en remodelar ya que estos estaban algo crecidos.
Nunca abandonó el hábito de hornear, a Johan le encantaba cuando ella lo hacia, más por comerme las galletas que por aprender hacerlo con ella, era un tiempo que compartían madre e hijo y que amaban hacer juntos, por está razón siempre tenía galletas en la cocina. Tomó unas cuantas y las colocó en un platillo junto a un vaso de jugo y volvió a su lugar.
El sabor de las galletas y pensar en Yeiden la llevaron al pasado nuevamente, algo que estaba evitando y que en un principio sabía que era inevitable.
Flashback
17 de febrero, 10 años atrás.
-Ya bebé, no llores - se escuchaba hablar un no de unos 4 años a un bebé de 3 meses mientras sostenía su pequeña mano - mami está en la cocina preparando desayuno y te va dar tu leche - seguía diciéndole.
Caminó con pasos lentos hasta donde estaba su madre y mientras abrazaba el pequeño peluche que llevaba arrastrado con el, la miró con sus tiernos ojos.
- Mi hermanito no deja de llorar mami, creo que tiene mucha hambre y ya no quiere reírse.
La triste madre con sus ojos llenos de lágrimas y su ropa sucia de harina, lo miró con ternura, se inclinó a su altura para depositar un tierno beso y luego caminar junto a él hasta la habitación. Se acostó junto al bebé y comenzó amamantarlo calmando su llanto y sacando un poco su hambre, cuando el bebé estuvo un poco tranquilo, volvió a la cocina. Treinta minutos más tarde volvió a la habitación con una taza llena de lo que parecía ser el intento de unas galletas.
Algo sonriente se acercó al niño más grande indicándole que tome algunas y las comas.
- Mira lo que mami acaba de hacer! Están un poco calientes - le decía con los ojos aún tristes - pruébalas se que van a gustar.
Su amiga Ashley la había visitado unos días antes y como siempre que la veía trataba de darle ánimos para que saliera de esa triste depresión en la cual había caído desde que su novio la dejó. Ashley Rodríguez y Ennifer se conocieron en la Universidad en la clase que ambas compartían de psicología y desde entonces, su amistad se convirtió en algo único que han tratado de mantener. Ash, como suelen llamarla ella y su otro amigo Bryan, le había dicho, que en su última clase había aprendiso que ocupar la mente en algo era buena terapia para despejar los malos pensamientos, dando una idea para que su amiga saliera de ese estado en el que se encontraba desde lo sucedido en aquel abandono, llegando a la conclusión de que hornear algo que siempre quisiera hacer sería una buena distracción, y así comenzar a ordenar su mente para estabilizarse y salir adelante por sus dos pequeños.
El niño saboreo las galletas, degustando cada una y lamiendo sus dedo, la madre al notar tal acto, entendió que al niño le había encantado las galletas que copio de una receta que vio en Internet y decidió, que desde ahora en adelante, esa sería su distracción para olvidar los malos recuerdos. Se recostó en la cama con sus dos pequeños niños y se quedó allí pensando que más podía hornear.
Y sí, nuestra protagonista, además de ser Psicóloga, Compositora y Escritora, también es Repostera, dueña y creadora de una de las más famosas tiendas de repostería de toda la ciudad. El único mal que la rodea es ese horrible pasado que la está persiguiendo después de 10 años.
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Reencuentro
Teen FictionToda la vida tratando de seguir adelante y olvidar todo tu pasado. Un día te levantas y notas que todo lo que hiciste para olvidar fue en vano, volverse a encontrar, trabajar juntos, compartir como amigos y todo esto, como si nada hubiera pasado. V...