VI Blue

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Blue

Tenía miedo

La fila era interminable, frotaba mis manos buscando concentrarme en ellas y no en el entorno, un entorno gris, después de que mami y papi pelearon y los policías se llevaran a papi, ella y yo nos quedamos solas, ahora mamá lloraba todos los días y trabajaba más, la oí muchas veces decir que era mi culpa, pero yo había sido buena, nunca había dicho como papá jugaba conmigo.

Aun así, mamá trabajando tanto y tia Meg cambiándome a un nuevo colegio cerca de su casa para pasar por mí, las cosas habían cambiado, en mi otro colegio yo tenia a Harry y Sulaine conmigo, ellos jugaban conmigo, se sentaban conmigo, eran buenos conmigo, aquí, aquí todo era diferente, todos me odiaban, mami me había hecho prometer que no iba a contar como papi jugaba, y no lo hice, no sabía porque, pero creo que era malo, se sentía mal, ellos no lo sabían y aun me odiaban

-mira que tenemos aquí, la obra de caridad-, reía una niña, ella lucia como un ángel, pero se portaba mal, de nada servía su bonito cabello negro, o las bonitas tiaras que a diario traía, ella era mala.

-no creo que puedas comprar algo de aquí cariño, eres una sin dinero-, tía Meg solía decir que palabras como cariño no eran para el uso de los niños, ¿ella no tenía una mami o una tía que se lo dijera? -pero si tú tienes hambre ten, te doy mi comida.

Alce la mirada expectante, yo tenía dinero, tía Meg me daba siempre dinero para mi descanso.

-no gracias-, dije, no quería hablar con ella, mi respuesta pareció atraer la atención de algunos mas que reían ante mi respuesta, ¿de que reían?, no había dicho nada gracioso. Bobos.

- ¿no?, esta segura, te ves un poco sedienta también-, la fila avanzo y yo intente hacerlo también, pero el niño mayor que estaba delante mío veía expectante nuestra conversación.

-no gracias-, repetí buscando a los lados algún profesor, no había nadie, al lado de la niña estaba el, Adam, me veía burlón.

Cerré los ojos.

-sabes que, soy generosa, pareces tan hambrienta y sediente así que ten-, sentí algo de humedad en mi pecho, abrí la boca sorprendida y bajé la vista hacia la humedad, mi uniforme estaba mojado y olía a naranja, enseguida sentí como algo de comida impactaba contra mí.

La cafetería estallo en carcajadas, los niños alrededor se reían de mi y algunos levantaban sus celulares enfocándome, tía Meg también decía que éramos muy pequeños para tener un celular.

Me quede estática mientras la pequeña se alejaba riendo, Adam, aquel niño que me había hecho la vida imposible desde el primer momento me veía con una sonrisita plasmada en su rostro, el era terrible, horrible conmigo, tia Meg solía regañarme cuando decía que él era la rencarnación del diablo, el infame y si, sabía que infame era una mala palabra, había regado el comentario de que era muda, cuando hable, dijo que era tonta, cuando respondí una pregunta de la profesora dijo que era piojosa, no pude demostrar lo contrario y muchos de los niños no se acercaban a mi por mis piojos, pero yo no era piojosa, yo me bañaba todos los días.

Además, había dicho que le pegaría a cualquier niño que me hablara y que odiaría a cualquier niña que jugara conmigo, si yo fuera niña no me importara que el me odiara, es decir él era un demonio, pero las niñas del colegio habían decidido que era mejor que no las odiara y nadie hablaba conmigo.

Esto era mi infierno, me aleje de la fila, pero Adam me siguió, aun tenia en su cara la sonrisita de suficiencia.

- ¿vas a llorar?

Camine decidida a limpiarme, no quería que Tía Meg me viera así, ella hacia demasiado por mí, me daba de comer, pasaba por mi al colegio, me quería, incluso más que mamá, mi madre apenas me soportaba.

-oh-, se lamentó, -quiere llorar, quiere llorar-, algunos más se unieron a su burla gritando y aplaudiendo, quería hacerlo, quería llorar tanto, los gritos siguieron, pero al final el único que término conmigo en el camino hacia el sanitario fue Adam, no les miento era una encarnación de chucky en formato más bonito.

Pero dejemos algo claro, ambos eran niños malignos.

Camine hacia el lavado de niñas aliviada de que el no pudiera entrar, tenía miedo

¿porque yo era así?, ¿por qué nadie me quería?, aparte de Tía Meg y Liam su esposo, nadie más me apreciaba, la primera lagrima resbalo por mi mejilla, escuche como la puerta se abría y baje la cabeza para que quien entrara no me viera llorar.

-a este paso deberías entender, que nadie te quiere aquí, eres pobre, fea y piojosa.

- ¡no soy piojosa ¡-. Grite, estaba cansada del maldito chucky, no le había hecho nada, esta era la primera vez que le hablaba.

Y el estaba en el baño de niñas.

- si hablas, pensé que eras muda-. Decidí ignorarlo, tomé una toallita de manos limpiando mi uniforme, - ¿hablas o no?

-hablo-, conteste, -pero no contigo.

-ohhh, auch eso dolió, hiblo peri ni contigui, por eso eres tonta y nadie te quiere, todos quieren hablar conmigo, yo soy Adam el genial-, una risa indiscreta se escapó de mí. - ¿Qué?, ¿de qué te ríes piojosa?

- ¿Adam el genial?, ¿enserio?, genial de que, de burlarte de mí, una niña que no te ha hecho nada, pues burlarte-, el llanto empezó a brotar sin control, sentía tanto, yo era buena, rezaba en las noches, hacia caso a mami y a tía Meg, también a Liam. -búrlate todo lo que quieras y después déjame en paz, yo-, hipee, ya sin control, -yo ya no puedo, acábame, hazlo, ¡hazlo!

-hey hey-, parecía que alzaba las manos, no podía ver bien que hacia ya que mis lagrimas no me dejaban ver, -tranquila, no grites, solo bromeaba.

Sentí que algo me acariciaba el rostro y abrí mis ojos para ver como chucky me limpiaba las mejillas, lo empujé

- ¡aléjate de mí!, aléjate-, mi cuerpo temblaba, el me estaba tocando, como papi, como papi solía hacer antes de que yo tuviera que pagar. El llanto se desbordo, chucky se me quedo viendo estático, quería estar sola, quería abrazarme y llorar, llorar y no sentir.

-pasa algo aquí-, La voz de Madeline se hizo escuchar desde algún lugar del baño, pero yo no quería verla a ella ni a nadie, quería estar sola.

- profesora le juro que no fui yo, se lo juro.

-y tu que haces aquí, Dios, Blue, cariño estas bien, cielo-, negué y mi cuerpo se estremeció cuando ella intento tocarme. - ¿Blue?

-no me toque, no me lastime.

-cielo yo no voy a lastimarte cariño-, intento de nuevo abrazarme, pero tenía miedo, sabía lo que vendría, me lastimaría

- ¡no me toque! -, grite agonizante, el dolor, la risa de mi padre, el temor de ver un nuevo regalo.

-Adam ve de inmediato a la enfermería y llama a Tessa, dile que Blue está enferma-, no, yo no estaba enferma, yo estaba rota, estaba dañada

- ¡Adam, corre!

Seguí llorando, llorando y recordando, cuando la señora enfermera llego hasta mí solo recordaba la varita mágica rosa con la que no pude jugar. No recordaba más. No quería recordar mas.

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2020 ⏰

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