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Amé la shipp gracias a Axta_The_Hybrid

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No podía asimilarlo. Ya era demasiado tarde para hacerlo. Pero es que se parecía demasiado a Jonathan Joestar, el amor de su vida, pero la vida era muy injusta con él y lo sabía.

Erina no se lo perdonaría nunca, ella era tan buena y había sufrido la pérdida de su marido que no sería capaz de soportar ese escándalo.

Y es que George Joestar II era joven, entrado a los veinte y él era ya un señor de cuarenta. Pero era inevitable, ese chico lo volvía loco y George no era indiferente.

Recién había acabado su educación en la academia militar británica que al fin podía ocuparse de sus sentimientos que por mucho estuvo reprimiendo, porque Robert Speedwagon era la figura paterna que siempre estaba desde que vino al mundo.

Creía que Elizabeth era la correcta, esa chica hermosa, hija adoptiva de Straizo que era amable y ruda al mismo tiempo. Convivió con ella a pesar de tener una pequeña diferencia de edad, creía poder casarse, tener hijos y ser un gran caballero como era su padre.

Pero era imposible.

Años atrás...

-Joven George- Speedwagon suspiraba al ser abrazado por la espalda, por un joven George de quince años- ¿No crees que esto es bastante raro?

-Tío Speedwagon- la voz del chico era idéntica a la de Jonathan que, Robert suspiró con nostalgia- Pronto me iré a la Academia y no podré verte- intensificó el abrazo- Aparte me gusta que me llames George.

-Aún eres muy joven, Georgie- Speedwagon no pudo evitar llamándolo así, eso hacía desde que este nació y Erina también lo hacía.

-Lo sé pero no puedo evitarlo. La forma en como me sostenías, como me llevabas a tus reuniones me hacían sentirme importante.

-Eres importante para mí- el hombre rubio volteó a verlo- Eres el hijo de mi mejor amigo y no puedo hacerle esto.

-No estamos haciendo nada malo- los ojos azules de George tomaron las manos maduras de quien lo cuidaba y ahora era parte de sus fantasías
Típicas de un joven puberto.

-Si es por el beso, eso fue un accidente- su expresión era de nerviosismo, la misma que hacía en la época de 1888 cuando Dio Brando aterrorizaba Londres.

-Ese beso me hizo sentir cosas y no soy un niño- era normal esa frase para él porque de plano ya era un chico muy alto para su edad- Cuando vuelva mis sentimientos se intensificarán.

-Para ese entonces, Elizabeth ya te gustará. Ven, vamos con tu madre. Te está esperando.

George suspiró molesto. Era normal, era un adolescente hormonal en ese entonces. Pero ese beso que se dieron sería su recuerdo más preciado.

Solo fue así hasta que regresó, su madre Erina lo esperaba Straizo, Elizabeth y su tío Speedwagon.

No dejaría pasar la oportunidad, ya era mayor y esa pasión secreta solo logró intensificarse.

Continuará...

Pasión secreta (George x Speedwagon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora