¿Quién es él?

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— Estoy en casa – anuncio el castaño con cansancio – Vaya otra vez solo, que sorpresa

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— Estoy en casa – anuncio el castaño con cansancio – Vaya otra vez solo, que sorpresa



Realmente no estaba sorprendido, siempre era así porque su madre vivía en sesiones fotográficas ya sea en otras partes del país o en el extranjero. Por su parte, su padre se la pasaba en las oficinas de su agencia publicitaria, a veces se sentía solo pero entendía que sus padres eran personas ocupadas. Ya vestido con ropas más cómodas, bajo a la cocina para prepararse un almuerzo rápido, no quería llenarse porque en unas horas volvería a cenar, así que era mejor comer algo ligero.

Desde pequeño había aprendido a cocinar por sí mismo, porque su madre no era alguien que pudiera hacerlo, aunque muchas veces lo intento siempre terminaba quemando la comida y haciendo pucheros por no lograrlo. Sonrió ante el recuerdo de su madre con un puchero pidiéndole perdón por no poder prepararle un pastel de cumpleaños como una madre normal. Su padre por su parte podía cocinar cosas básicas, pero prefería comprar comida rápida porque siempre estaba ocupado como para poder cocinar.



— ¡Jinnie! – exclamó una voz cantarina sumamente emocionada - ¡Cariño!

— Aquí mamá – contestó desde la cocina escuchando como alguien se acercaba

— Hola cariño – saludo emocionada - ¿adivina de dónde vengo?

— Mm... has estado en tantos lugares

— Es tu favorito – sonrió

— ¿Paris?

— Cerca

— ¿Italia?

— Casi

— ¿España? – cuestionó divertido

— ¡Sí! – exclamó mostrando las maletas que llevaba consigo – Hay más en el living, te traje ropa, las que te gusta usar y otras que no has usado pero creo que se te verían bien

— Mamá no debiste – sonrió

— ¡Claro que sí! Es cierto que soy una mala madre por dejarte tanto tiempo solo, pero al menos quiero consentirte un poco – sonrió bajando la mirada – Estás tan grande y yo quiero aprovechar para comprarte cosas

— Es tu trabajo, no te preocupes – sonrió cálidamente abrazándola - ¿Quieres comer?

— Si – sonrió limpiándose la lágrima que había escapado



Entre una ligera platica comieron, Seokjin estaba contento porque tendría a su madre cerca por algunos días, antes de que nuevamente viajara para otra sesión de fotos. Al ver la nueva ropa que su madre le compro, no pudo ocultar su sonrisa emocionada, era justamente la ropa que le gustaba vestir. Camisas en colores pastel, pantalones que parecían hechos a la medida, algunos jeans en diferentes colores y muchos zapatos. Esa era otra de las razones para amarla, porque ella lo conocía tan bien, aunque ni él mismo supiera bien cómo es que lo conocía tanto, tal vez no era una madre como cualquier otra, pero era su madre y la amaba tal cual.



Chico malo - JinNamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora