EXPEDIENTE CLIMAX

Capitulo 5

La muerte de uno
Y
el ascenso de otro
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Nuevamente despertaba de un desmayo, cosa que ya se me estaba haciendo costumbre, Nitridas estaba a mi lado, me miraba con cara de asombro e intriga, Leónidas por otro lado estaba encadenando α Draco y Mors con la ayuda de los dos sobrevivientes de hace rato.

- ¿q-que ha pasado? - interrogue a Nitridas pues mi memoria no almacenaba mucho de ese momento - Me duele todo - le afirme antes de que siquiera pudiera responder.

- un espeso humo gris brotaba de tu cuerpo, tus ojos se tornaron negros cual carbón, parecías un demonio - afirmo en tono serio, cosa que jamas había visto en el.

No sabia que responder o que pensar ante su aclaratoria e inconclusa anécdota de mi, pero antes de siquiera poder finalizar, Leonidas se nos acercó -Creo que debemos movernos rápido- dijo tomando su armamento mientras los jóvenes estaban allí parados mudos, yo solo asentí y preferí no pensar en lo ocurrido anteriormente y luego de un rato retomamos nuestro rumbo a través de pasillos, habitaciones y salas interminables, de repente nos encontrábamos en las escaleras que daban rumbo a la cúpula, así que decidimos subir e inspeccionar.

-Nitridas, ven conmigo- comencé a caminar con el y detras de mi posandonos en las sillas de la consola -¿puedes averiguar que querían?- al sentarse, comenzó a teclear rápidamente en el ordenador mientras yo solo veía un montón de teras de información cuando de repente ví que todo se detuvo y escuche su voz algo inquieta y dudativa -¿pero que coño es el expediente Climax, quienes son las sombras y los iluminados?- podía sentir la frustración en su voz así que me acerque y coloque mi mano en su Hombro -no es momento para preguntas de ese tipo, mejor descargar la informacion para despues- hable con voz Serena.

Gire repentinamente al escuchar unos pasos en las escaleras subiendo con calma, un escalofrío me recorrió el cuerpo al ver esas figuras, eran alrededor de once, pero nada más pude Diferenciar a dos, Reaper y Akuma, su presencia era aterradora e imponente, pude ver el estrés en cara de Leo y Nitridas, así que rápidamente los cinco nos apresuramos en tomar posición cuando pude notar algo cerca de la consola, era el controlador de los Drones que tenía Alexa, sin dudar corrí hacia ellos y me lo coloque activandolo, y así cientos de mini drones llegaron a nuestra ayuda -venga ya, algo es algo- dijo Nitridas en su tono sarcástico como siempre

-Ataquen- ordenó Akuma y tres de sus acompañantes dieron paso al frente, todos tenían capucha, al quitarselas pude notar su inmenso padecido, a excepción de que uno poseia los brazos más gruesos y grandes, otro las piernas más gruesas y grandes y el del medio era un punto medio.

-Nosotros- dijo uno

-Somos el- dijo otro

-Trío muerte- finalizó el tercero

Al términar, no habían culminar sus palabras cuando ya habían arremetido contra ambos soldados y contra mi, yo desesperado, solo alcance a cubrirme con mis brazos, aprete los ojos con fuerza, pero al abrirlos me encontré con la sorpresa de que un escudo verde de plasma se encontraba entre el atacante y yo.

Una extraña sensación recorría mi cuerpo, casi como una corriente de aire, mis extremidades se tensaron, y de repente ese ardor repentino de hace rato retomó su lugar anterior, pero más leve, unas gruesas venas verdosas tomaron control de mis brazos, mi respiración se aceleró mientras observaba el extraño evento, a mis lados ambos compañeros apenas resistían los ataques de aquellos monstruos, yo solo sentía la necesidad de justicia irrefrenable la cual me dominó haciéndome derribar a mi atacante, un grito ensordecedor salía de mi boca conforme arremetía al de piernas gruesas con mi escudo y mi tonfa con la punta de lanza por fuera haciendo un corte en sus muslos quitando así, su pierna robótica, de un empujón lo derribe utilizando mi escudo, con el impulso del golpe me gire sobre mi espalda colocando mis manos sobre el suelo para finalizar en una patada en la cabeza del de brazos grandes, aprovechándome de su caída hice dos tajos en sus brazos mecánicos dejando a ambos fuera de combate -RAPIDO, LARGUENSE DE AQUI- grite a mis dos compañeros mientras estos se retiraban.