Arrullo de Estrellas ; jikook

Fin por fin.

Era curioso cómo la gente comparaba las reacciones químicas dentro de su cuerpo con momentos que no llegaban a experimentar. Como la famosa frase de siento mariposas en el estómago, ¿cómo lo sabía? ¿Acaso en algún punto le había pasado? ¿O los fuegos artificiales, tuvieron dentro de sí algunos? Era totalmente imposible, si es que no querías morir. Jungkook pensaba aquello, sin embargo, en ese momento, entendía lo que la gente quería decir con esas expresiones. La piel bronceada de su futuro esposo, la sonrisa a conjunto con sus ojos brillantes inundados de lágrimas mientras caminaba para posicionarse a un lado suyo en el altar y el traje que él había diseñado en colaboración con su papá, le provocó el caos más grande en sus sentimientos y le dio el conocimiento de que realmente podía tener aquellos lepidópteros dentro de sí. Sin embargo, saber que estaba en su boda, era lo que más le hundía en aquellas sensaciones que jamás fue capaz de sentir hasta Jimin.

Sí, la euforia brincaba por cada nervio de su ser y le convirtió en el ser más feliz de la faz de la tierra en ese instante. Aunque sabía que el ser esposos sólo era un título, para Jungkook significaba algo más. Una promesa de un por siempre que estaba ansioso de vivir. Realmente el tener un anillo en su dedo nunca fue una necesidad, ni siquiera le interesó en su mayoría, pero durante una de sus tardes de historia con los niños del orfanato, Woongie, un niño también con espectro autista, contó que él había escuchado a los dos hablar sobre una boda, lo habían hecho, pero de juego, aún así no rompieron las ilusiones de los niños porque se emocionaron, hasta planearon cómo sería todo. Jimin en ese momento soltó un entonces iré comprando el anillo y le guiñó el ojo, Jungkook sólo rio sabiendo la broma detrás de aquel gesto. Meses después dudó sobre el juego, cuando el de cabellera negra se le declaró frente a todo el orfanato y sacó un lindo anillo con el 24 de febrero tallado, el día en el que sus caminos se enlazaron para comenzar la aventura más cambiante de sus vidas.

Aceptó y ahora estaba frente a frente con el chico que le sometió a un experimento emocional durante sus años de universidad y que todavía lo seguía haciendo. De cerca, Jungkook admiró los bellos gestos del contrario y sin aguantar más, frente a todos, acercó su mano para retirar las lágrimas de sus pequeños ojos, éste sonrió y le agradeció. El de cabellera larga sólo asintió con el cariño latiendo en todo su esplendor. Tras aquella escena, la boda dio inicio con las palabras del sacerdote que Hoseok había buscado. Si era sincero, Jungkook escuchó nada, estaba inmerso en sus latidos y en el amor que su cuerpo contenía por Jimin. De sólo ver al hombre, sentía que no podía estar ni un minuto separado, que necesitaba de sus besos y caricias, que necesitaba de esas noches en su departamento de Seúl mientras admiraban las estrellas y se murmuraban varios te amo con toda la sinceridad del momento.

Tan absorto estuvo al momento que no se dio cuenta cuando el sacerdote le dirigió la palabra a Jimin, para que pudiera realizar el discurso que tenía preparado. Realmente le sorprendió cuando el chico agarró el micrófono y le sonrió con tanto amor que le sacó el aire.

— Mi pequeño pájaro — su ronca voz le dio escalofríos, pero le trajo tanta tranquilidad —. ¿Saben cuántas eran las probabilidades de que nos conociéramos? No lo sé y tampoco haré cálculos como tú, pero sé que eran mínimas, igual de probables que ganar la lotería. Aunque iba a pasar, sabemos que estábamos destinado a esto — lo sabía —. La vida nos unió de una manera retorcida, a tal punto de que no nos aguantábamos — rio ligeramente —. Pero supo trenzarnos de la manera más hermosa, tú me libraste de aquella culpa que tenía, de lo que me asfixiaba. Dios, has sido mi ancla en varios aspectos. Me has enamorado del sabor a fresa, del olor a vainilla con canela, de canciones pop, de las tardes de ocio, de los rompecabezas y sobre todo, de las cosas dulces — Jungkook sintió la calidez recorrer su cuerpo —. Y puede ser que sea así porque estoy perdida y profundamente enamorado de ti.