fue en la tarde del 23 de mayo del 2019 cuando unos turistas, a bordo de una camioneta, me encontraron caminando sin rumbo por la campiña junto a la carretera; luego de constatar que no estaba ebrio o drogado, por lo extraño de mi respuesta al preguntarme de donde venia, me invitaron a subir al vehiculo y a llevarme a la ciudad.
seguramente debieron parecerle desvaríos de un loco lo que les conté, pues no dejaban de dirigirse miradas entre ellos y seguro más de uno se arrepintió de haberme querido dar un aventón. me dejaron en la plaza de mi ciudad para después marcharse con más alivio que felicidad, importandome poco la impresión que les hubiera causado, me dirigí casi trotando a la vieja casa que había sido el hogar de mi familia por generaciones, casi ignore a la sirvienta y subí las escaleras corriendo a mi escritorio, temeroso de olvidar los detalles de mi extraña aventura; tome lápiz y papel y esto fue lo que escribí:
Quizá estaba despierto ante aquel enloquecedor espectáculo de colores y formas, me encontraba sentado en lo que parecería ser la cubierta de un inmenso barco; debo aclarar que nunca lograre explicar lo enorme que era aquel monstruo marino o lo pequeño que me hacía sentir, desde siempre había amado las historias de navegación y las aventuras en los océanos que solo había experimentado en libros y películas, pero ningún cineasta o literato habría jamás imaginado dicho espectáculo.
Aquel navío, si se le debía llamar así, parecía estar encallado sobre una costa que no alcanzaba a deslumbrar por más que me asomara a por el borde, así de grande era, luego de estar un rato meditando sobre que hacía en ese extraño lugar o como habría logrado subir, pues debe saber mi estimado lector que no recordaba nada anterior a lo que relato en estas páginas; me dispuse a explorar aquella misteriosa masa de metal, madera y otros materiales menos reconocibles.
Jamás lograre describir todo lo que era aquella nave a la perfección, ya que no pude, ni siquiera con mi impetuosa curiosidad, explorarlo del todo; desde la parte de la cubierta donde me encontraba alcanzaba a ver un paisaje de edificaciones obtusa y extrañas construidas al parecer unas sobre otras encima de la cubierta, algunas pocas de ellas tenían magnificas esculturas y estilos exuberantes que nunca había visto y otras estaban en tan mal estado que daba la impresión de se venían abajo, habían también extrañas torres del lado derecho, algunas unidas con otras por puentes colgantes, del otro lado se veía lo que parecía ser barriles inmensos de metal y formas escasamente cilíndricas sobresaliendo de lo más ancho de su forma atadas son cadenas doradas y grises al piso; veía escaleras, rampas y extrañas salientes puntiagudas color carmesí que parecían enigmáticos artilugios unidos a los monstruosos mástilea por gruesas sogas cuyo propósito no alcanzaba a imaginar; todo construido sobre un barco, se veía a lo lejos unos mástiles más gruesos con las velas estibadas, me pareció que tenían el grosor de una sequoia por cómo se alzaban en aquel paisaje de cielo color purpura y naranja. La cubierta, por lo menos la parte donde me encontraba, era de acero gris metálico, cuando mire con mayor detenimiento vi una escotilla sobresaliendo de lo plano del suelo.
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EL BARCO QUE NAVEGÓ POR MIL MUNDOS
FantasyAquella magnifica y señorial embarcación traía consigo vestigios de mundos extraños e inimaginables hasta para un Berne o un Melville; como un antiguo viajero, magnánimo y misterioso, de este se desprendía el bullicio de hombres y criaturas cuya ap...