Capitulo 1

3.3K 52 16
                                    

En el año de 1866, ocurrió algo que nadie pudo explicar ni olvidar por mucho tiempo, y que llamó la atención de muchas personas en distintas partes del mundo.

Varios barcos volvían del mar llevando a sus puertos la noticia de que habían visto >, un onjeto largo a veces fosforescente, un mounstruo marinó más grande y muchísimo más veloz que las ballenas, nunca visto hasta entonces.

Esto, que comenzó como un rumor, comentarios extravagantes que producían desconcierto entre la gente de los puertos, tuvo de pronto una característica especial.

El 20 de julio de ese año, el capitán de un barco a vapor que navegaba cerca de ñas costas de Australia, creyó ver un escollo nuevo, y cuando se acercó para verificarlo, dos potentes columnas de agua se elevaron de él y desapareció dentro del agua.

A los tres días, el 23 de julio, otro barco presenció un hecho idéntico, y dos semanas después, a diez mil kilómetros de la posición señalada por el segundo buque, un correo que navegaba al norte del Atlántico, aseguró haber visto al >, describiendolo como de 150 metros de largo.

Poco a poco, por distintas observaciones realizadas, se iba confirmando la existencia del objeto o ser en cuestión y se afirmaba que por sus características, tamaño, velocidad, fuerza, supeperaba a todos los animales acuáticos conocidos hasta entonces. Como es lógico, estas afirmaciones produjeron gran emoción y desconcierto en todo el mundo.

En todos los puertos y grandes ciudades, el mounstruo se convirtió en em tema de conversación preferido.

Este hecho habría sido olvidado como tantos otros, si no se hubiera repetido. Pocos días después en las mismas condiciones, con la unica diferencia que el que el buque ahora pertenecía a una compañía naviera muy conocida y posiblemente la de mayor prestigio, y que la avería parecía provocada por un instrumento perforador que pudo traspasar una plancha de cuatro centímetros y luego retroceder, hecho aun más inexplicable.

Semejante seceso volvió a apasionar a la opinión pública. Desde ese momento todas las desgracias marinas fueron adjudicadas al mounstruo; justa o injustamente, el estraño animal cargó con la culpa de cuanto naufrago ocurría entonces.

El publico, indignado, protestó, exigiendo que se lo eliminara de los mares a toda costa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 15, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Veinte mil leguas de viaje submarinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora