-¡Sígueme, no pares!
-Todos nos miran como locos.
-Lo sé, lo sé, igual no pares, ¿tú conoces personas normales felices?
Ocho horas brincado y corriendo, rompiendo las reglas, saltándonos el almuerzo, huyendo de las pastillas, solo es el principio.
Hablando fluidamente con todos los aún más locos que nosotros, los crónicos que reciben corriente en la cabeza.
Somos animales, sin dientes ni garras que te devoren, somos ratones ancianos retozando entre las venenosas víboras, rompemos lo común.
Somos libres estando presos, pero lo amo, los amo a todos y en especial a ti.
Tú le faltas a mis ojos, pero no a mi imaginación.
Siempre estas para mí, para lo que sea, cuando sea, amiguito.
Los agresivos intentan mantenernos en sosiego, nacimos después de adultos para preocuparlos a todos.
Larga danza para nosotros sin parar, somos viudos, huérfano, pobres sin nada, celebros a corto plazo.
Intenta vivir el paraíso del día, porque la noche será un largo infierno.
