~Auto~

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Ambos se dirigían a la nueva casa de Horacio, quedaron en verse para beber algo en la casa de este junto con unos amigos, pero había un problema, ese era que no encontraban la dichosa casa de Horacio. Daban vueltas con el auto, iban por otras calles y nunca encontraban la casa.

- ¡Te dije que teníamos que preguntar! -reclamo Gustabo algo histérico- ahora estamos perdidos y no hay absolutamente nadie que nos ayude -continuo con los brazos cruzados y casi rojo de enojo.

- Tranquilo muñeca, que ya encontraremos a alguien -trato de calmar a su pareja quien también estaba estresada por las quejas del menor. El auto comenzó a ir mas lento hasta que se detuvo haciendo un sonido extraño.

- ¿Q-que paso? -pregunto Gustabo preocupado cuando vio a Conway poner su frente contra el volante seguido de un suspiro.

- Ya no hay gasolina -murmuro Conway esperando la paliza del siglo que le iba a dar su pareja, Gustabo abrió los ojos como platos y se puso sus manos en la cara.

- Joder, te dije -seguía culpando a Conway en cierto fastidio- ¿ahora que haremos? No hay nadie cerca, será mejor que llamemos a... -

Gustabo había sido interrumpido por los labios del mayor quien ya estaba harto de escuchar sus quejas, el menor tomo a Conway de los hombros muy fuerte tratando de separarlo, pero poco a poco su agarre se fue haciendo más débil hasta corresponder el beso de su pareja, estos se separaron lentamente viéndose a los ojos.

- Ya era hora que hicieras silencio -bromeo el mayor, Gustabo frunció el ceño y se iba a alejar, pero Conway lo volvió a besar repetidas veces a pesar que el menor tratara de alejarlo.

Poco a poco los intentos del menor fueron cesando y los besos de Conway fueron correspondidos. Los besos fueron convirtiéndose en unos mas largos, profundos, sus respiraciones eran cada vez más pesadas y comenzó a hacer mucho calor.

- E-espera, estamos e-en un auto -hablo Gustabo tratando de detener a su pareja, pero le era imposible, Conway solo le contesto con un "mhm..." Sin prestarle mucha atención.

Conway desabrocho ambos cinturones y obligo al menor a pasarse a su asiento y sentarse sobre el con sus piernas a cada lado, Gustabo estaba muriendo de la vergüenza, pero aun así no podía dejar de besar y tocar a su acompañante, el mayor desesperado comenzó a introducir sus manos debajo de la camiseta negra del contrario sintiendo su suave y pálida piel, Gustabo soltaba un par de suspiros al sentir a su pareja tocándolo y haciéndole marcas en el cuello y clavículas.

- C-conway hablo enserio, a-alguien nos puede ver -balbuceo el pelinegro con lo ojos fuertemente cerrados, el mayor se detuvo y lo miro a los ojos.

- Tu mismo lo dijiste, aquí no hay nadie y además están las ventanas cerradas -se excuso volviendo a besar los hinchados labios del menor, Gustabo decidió hacerle caso a su pareja y seguir con lo que habían comenzado.

La ropa comenzaba a estorbar y Conway se encargo de eso pues termino arrojando los jeans del menor al otro asiento dejándolo solo con su camiseta y boxers, sus erecciones comenzaban a doler provocando que ambos estén cada vez mas desesperados. Gustabo desabrocho los jeans de su pareja y comenzó a bajarlos hasta sus rodillas, ahora lo único que los dividía era la delgada tela de amos boxers, el menor comenzó a mover sus caderas sobre el miembro del mayor provocando mayor excitación entre los dos.

El auto estaba yendo de ambas respiraciones agitadas y maldiciones, Conway comenzó a tocar descaradamente el formado trasero del menor haciendo que soltara gemidos mas fuertes, bajo los boxers del menor comenzando a masturbarlo sin ninguna pizca de vergüenza.

- ¡Ah! C-Conway... -gemía el menor mientras rasguñaba la espalda de Conway, luego de un par de minutos el mayor acerco dos de sus dedos a la boca de Gustabo y este los lamio lascivamente mirando a su pareja quien mordía su labio inferior con deseo.

Conway bajo su mano hasta el apretado botón de Gustabo e introdujo uno e sus dedos haciendo que el menor lo rasguñe un más, luego metió su segundo dedo dejando salir un grito ahogado de parte de Gustabo, movía sus dedos dentro de el quien se sentía desfallecer con tan solo los dedos de su pareja.

- Ha-Hazlo ya -pidió Gustabo con respiración entrecortada

- Lo que tu digas muñeca -contesto el mayor con una sonrisa maliciosa, saco sus dedos y bajo sus boxers también hasta la rodilla entrando de una sola estocada, escuchando un quejido de dolor por parte del rubio.

- L-Lo siento – trato de disculparse el mayor, Gustabo solo negó con su cabeza con los ojos muy cerrados y unas lagrimas de placer amenazando en salir.

Comenzaron a moverse suavemente y de sus bocas salían suspiros o gemidos, mientras que en la cabeza del menor no se reflejaba nada más que la palabra: "Mas" comenzó a moverse por su cuenta, pero Conway presiono sus piernas obligándolo a parar.

- ¿No crees que será muy sospechoso que un auto este saltando tanto? -pregunto Conway con una ceja alzada, el menor puso sus ojos en blanco y bufo

- "No hay nadie" -dijo imitando la voz del mayor, Conway soltó una risa y volvió a besar a su novio quien comenzó a saltar cada vez mas fuerte provocando que las estocadas sean mas profundas.

Los dos estaban en las nubes, estaban sudando y la poca cordura que quedaba se fue totalmente a la mierda, Gustabo seguía saltando sobre su novio gimiendo su nombre repetida veces, sus respiraciones eran demasiadas pesadas y el orgasmo estaba cada vez más cerca, Gustabo sintió cosquillas en el abdomen, estaba a punto de correrse. Solo faltaron unas estocadas mas y el menor se corrió en su mano gimiendo el nombre del contrario. Conway estaba a punto de llegar también y el menor lo ayudo moviendo sus caderas en círculos provocándole más placer y así acabar dentro de él. Ambos estaban exhaustos con la respiración totalmente irregular, Gustabo tenia su cabeza apoyada en el hombro de su acompañante y este solo dejo caer en el respaldo del asiento. Gustabo iba a hablar, pero su celular comenzó a sonar, Conway alcanzo los jeans del menor y saco su móvil.

- Hola -contesto el mayor, Gustabo se separo y lo miro a los ojos y se preocupo al ver la repentina expresión del mayor- eh si si tuvimos unos problemas, pero estamos en eso – hablaba nervioso- claro, nos vemos luego, chao – finalizo y dejo el móvil a un lado.

- ¿Era Horacio? -pregunto Gustabo con angustia,el mayor asintió, pero después sonrió y abrazo a su pareja- Suéltame, debemosde ir -comenzó a quejarse el menor con nerviosismo.

I Love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora