⿻ : 𝚝𝚛𝚘𝚒𝚜

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mingi estaba tan caliente. no sabía cómo se había movido y entrado en la casa, ni en la cómoda cama. todo lo que sabía era que le dolía todo el cuerpo, sudaba y lo peor de todo, estaba realmente caliente.

sentía que su cabeza iba a explotar en cualquier momento. ya no podía abrir los ojos, cualquier rayo de luz solo amplificaba la migraña al extremo, haciendo que mingi se acurrucara y llorara aún más fuerte. sus largos dedos aferrándose a un cuerpo refrescante, el único alivio que mingi tenía.

dedos ásperos se movían por su cabello, masajeando su cuero cabelludo. mingi tarareó y se movió hacia el toque. dejó escapar un suspiro agudo, incapaz de controlar sus cuerdas vocales en absoluto. solo quería sentirse mejor y la persona que lo sostenía le dio un poco de alivio.

ㅡmingi...ㅡ susurró la voz tranquilizadora, justo al oído del omega. el chico alto se estremeció, acurrucándose más cerca. con su única mano libre se secó la frente, el sudor se acumulaba en su palma.

ㅡmingi... estás hirviendo.ㅡ dijo la voz, sonando un poco más severa, la preocupación también se mezcló.

el omega solo gimió, incapaz de formar palabras. incluso pensar en su condición le era demasiado, demasiado tedioso. no lo sabía, pero logró acercarse aún más al cuerpo que estaba junto a él. respirando el aroma relajante, el dolor de cabeza disminuyendo por un momento.

mingi se atrevió a abrir uno de sus ojos, mirando a yunho que lo miraba fijamente con el ceño fruncido por la preocupación. el alfa todavía estaba pasando sus grandes manos por el cabello de mingi, el más joven llorando felizmente.

una sonrisa perezosa creció en el rostro de mingi al ver al hermoso, apuesto y cariñoso alfa tan cerca de él. toda preocupación se desvaneció con la necesidad. sintió su calor y como lo hacía más necesitado que cualquier otra cosa. solo quería que el alfa lo usara y lo tocara.

ㅡalfa... yunho... por favor... susurró mingi, incapaz de formar una frase coherente, toda su mente era un desastre. demonios, todo su cuerpo estaba hecho un desastre. estaba desesperado por yunho, la saliva se acumulaba en su boca ante la mera idea de chupar y mordisquear la gruesa polla del alfa.

normalmente, mingi anidaría. ya no era común entre los omegas, pero había tenido la necesidad de crear una pequeña grieta, una pequeña parte de su casa donde se sentía completa y absolutamente seguro durante sus celos.

su nido siempre había actuado como una barrera entre él y su padre. su padre nunca se había acercado, como si entendiera que eso era sagrado para el omega, que podía golpearlo y herirlo tanto como fuera posible, pero no podía tocar su nido. el nido estaba completamente fuera del alcance de su padre y por lo tanto, había sido lo único que hizo que el omega se sintiera seguro durante sus celos.

sin embargo, con yunho a su lado, el otro acurrucado cerca de él, sus grandes manos tan relajantes y maravillosas sobre su piel sobrecalentada, mingi no tenía ganas de anidar. no sentía la necesidad de correr y encontrar la más suave de las mantas y los más agradables aromas. no, el podría simplemente acurrucarse en la cama con el alfa a su lado y estar completamente contento... y bueno, si el alfa se lo follaba, no le molestaría...

mingi se sentó, abrió ambos ojos y gimió ante la brillante luz de la habitación. sus manos se dispararon hacia ellos, cubriéndose, esperando que el alfa lo entendiera.

se escuchó un movimiento a los pies de la cama y luego un clic resonó en la silenciosa habitación. mingi apartó sus manos, parpadeó y sonrió ante la oscuridad que lo rodeaba. yunho o seonghwa o hongjoong, mingi honestamente no podía recordar, había cerrado las persianas antes, en caso de que alguien del edificio de apartamentos de al lado se atreviera a mirar en su dirección.

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