¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
'orión black
━━━━━━━━━━━
Durante aquella mañana de octubre, Walburga había estado pensando en cómo acabar con su compromiso. Extrañamente cada vez que pensaba en otra persona para casarse Jacob Lupin aparecía por su mente, con su estúpida sonrisa y su personalidad dulce y encantadora, mas negaba y seguía pensando. No se estaba enterando de nada en pociones, era una de las alumnas predilectas de Slughorn y posiblemente su favorita, así que esperaba que él no le dijera nada por su evidente ausencia.
— Walburga Black.— la llamó nuevamente Slughorn al ver que ella no le escuchaba se acercó a su mesa— Drizella, querida, el director te busca.— dijo indicando con la cabeza la puerta del aula en la que se encontraba el viejo director mirándoles.
La pelinegra alzó la vista encontrándose con toda la clase mirándoles confundidos, sus ojos se posaron en unos claros que la miraban con preocupación. Le sonrió al rubio poniéndose en pie y miró al profesor.
— En ese caso, en seguida regreso.— dijo educadamente y salió junto al director.— ¿Qué desea?
— Tiene visita, señorita Black.
Solo entonces Walburga divisó a otra persona al final del pasillo, ilusamente creyó que sería su hermano, así que tras agradecer al director Dumbledore salió prácticamente corriendo hacia "Alphard".
— ¿Qué haces aquí? ¿Tienes noticias sobre la cancela-?— se calló de inmediato al llegar junto a la persona, era su primo y prometido: Orión Black.
— ¿Cancelar qué, Walburga?— preguntó mirándola con los brazos cruzados.
— N-nada.— se apresuró a decir.
— Vamos, esfuérzate un poco más.— rió con amargura— Tu talento de manipulación impecable es famoso, que mínimo que esforzarte un poco conmigo.
— ¿Por qué debería esforzarme?— preguntó rodando los ojos— Solo lo hago cuando es necesario.— dijo colocando sus manos en sus caderas.— Márchate Orión, tengo que regresar a clase.
Cuando Walburga se giró con la intención de marcharse, Orión la tomó bruscamente del brazo.
— Escúchame, primita. Vas a ser mi mujer, tanto como si te gusta como si no.— comenzó a caminar hacia un pasillo desierto haciendo fuerza para que no se marchase.
— Eso es lo que tú te crees.— protestó tratando de soltarse.
— No.— paró pegando la espalda de la pelinegra a la pared.— Es una realidad y estoy harto de tus jueguecitos para sabotearme.
La respiración de Walburga se detuvo por unos segundos, ¿sabía de su estrecha relación con el gryffindor? Se acababan de hacer amigos, pero a ella le encantaba estar con él.
