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Era una mañana cálida, se oían los dulces cantos de las aves mientras los rayos de Sol brillaban.

Era sábado en la mañana, y allí se encontraba, acostado, un joven de piel pálida, su cabello color crema, sus ojos color cristal tan resplandecientes como un diamante...
Después de un largo rato, se dispuso a levantarse y empezar su día.

Se dio una ducha cálida, al salir del baño se puso la misma ropa de siempre, una camisa blanca de manga corta, un pantalón blanco que le llegaba hasta los tobillos, y un par de zapatos blancos, solo faltaba su clásica gabardina blanca que lo cubría por completo haciéndolo ver como un "malvavisco".

Se sentó en su sillón, mientras dirigía toda su atención a su laptop dispuesto a "trabajar", hasta que recibió una llamada.

- ¡Hola Ryoo! - gritó su mejor amigo, Akira Fudo, estudiante de preparatoria.

¿Qué sucede Akira? estoy un tanto ocupado. - dijo el rubio un poco desganado, ese día no se levantó del mejor humor.

- ¿Puedo ir a tu departamento? !estoy solo y aburrido! quiero pasar el día con mi mejor amigo. - preguntó el azabache muy entusiasmado.

El pequeño albino bufo, no le molestaba la presencia de su amigo pero ese día estaba muy ocupado como para pasarla con él, pero no tuvo más opción que aceptar.

- Está bien... pero no me interrumpas mientras esté trabajando ¿okay?

- ¡Okay! ¡Gracias Ryo! - el azabache colgó la llamada muy feliz, le encantaba pasar el tiempo con su mejor amigo de la infancia.

Al cabo de un rato, el pelinegro tocó la puerta del departamento de Ryo, este abrió la puerta casi al instante, se abrazaron y Akira se tiró en el sillón.

- ¡Fuu! me alegra verte hoy Ryo, y dime, ¿qué vamos a hacer hoy?

- Nada. hoy estoy muy ocupado como para... "jugar", ve a la cocina y come algo si quieres.

- ¡Eres muy aburrido! - este se paró y se dirigió a la cocina a buscar algo de comer, no había desayunado así que estaba hambriento, tanto que podría tragarse el refrigerador completo.

Después de unos minutos de búsqueda, volvió con un gran pedazo de carne, se sentó al lado de su amigo y empezó a devorarlo como un animal salvaje.

- ¿En qué estás trabajando? - preguntó el azabache dirigiendo toda su atención a la pantalla de la laptop mientras tenía restos de comida en su boca.

- No me molestaría en explicarte, pero creo que aún así no lo entenderías. - dijo este sin despegar su mirada de la pantalla.

- Como sea... tu departamento es muy grande, ¿no te diviertes siquiera un poco aquí?

- No tengo tiempo para esas cosas, Akira. mi trabajo es más importante.

- ¡Ow vamos, divirtámonos! - este hizo que su amigo se levantara mientras lo empujaba hacia afuera, donde se encontraba una piscina muy grande, usualmente era Akira quien la usaba cuando Ryo estaba demasiado "ocupado".

- Akira, ya basta-

- Vamos... ¡Diviértete! -este empujo a su amigo dentro de la piscina, mientras este se tiró haciendo una tipo "bala de cañón".

- ¿No te parece divertido Ryo?

-suspiro-. sí... Akira.

El pelinegro le tiró una sonrisa, esto hizo que el rubio se sonrojara y sonrierá, esto sorprendió al otro.

- ¿Huh? ¿estás sonriendo Ryo? ¡y estás sonrojado también!

- ...¿Qué? estoy...

¿Sonrojado?...

¿Qué era eso que sentía justo ahora en su corazón? parecía... algo tan familiar, pero no lo supo en el momento.

Acaso... ¿sentía amor?

Lamento si este capítulo llega a ser un tanto corto, pero prometo escribirlos más largos, espero disfruten este, ¡nos vemos!

   🍥.~

As the World Caves In [Akiryo/Ryokira]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora