Hoy toqué las nubes sin bajar de mi carruaje y luché contra la cordura armada de mi risa, con la intención de conquistar el mundo sembrando un poco de mi felicidad para desempolvar así la tristeza que cubría la ciudad.
Recargué la pluma que meses anteriores escribía con sangre, para cambiar a la tinta que pudo salir de lo más profundo de este renglón e intentar llegar a una conclusión, la cuál nunca existió. La hoja terminó y con ella el renglón, la tinta murió y terminó la redacción.
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Textos que aman
RandomQuerido lector, me gustaría darte la bienvenida una vez más a una pequeña parte de mi mundo, donde cobra vida lo que surca mi imaginación. Espero que disfrutes de leer mis textos tanto como yo escribiéndolos.