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Fiesta en casa de Roy Jenn

Y ahí estaban los 3 amigos mirando como Jenn terminaba de ganar la partida. Habían apostado quién le ganaban al nivel máximo de un juego de fútbol y Jenn estaba de pie frente al televisor con el joystick en la mano.

Roy Jenn era de tez blanca y cabello rubio, lo usaba tomado en una cola y se dejaba dos mechones a los lados de la cara, tenía el cuello fino y los hombros pequeños y delicados. Ese día usaba una polera roja que aunque era algo holgada, se podia notar la silueta de su pequeña cintura. Desde ahí hacia abajo se formaba una femenina curva que recorría su ancha cadera, pasando por su gordas, redondas y perfectas nalgas que hacían parecer que su jeans blanco azulados estuviese a punto de reventar en la parte de los bolsillos. Sin perder su magnífica proporción sus anchos muslos se adelgazaba al acercase a la rodilla y volvían a hincharse en la parte de los gemelos para terminar en unos pequeños tobillos de porcelana.

Los movimientos femeninos de Jenn no parecían de ninguna forma fuera de lugar, no era incomodo verlo, no era un hombre imitando una mujer, mas bien parecían perfectamente acordes con su cuerpo. Verlo jugar era un espectáculo digno del mejor cabaret de la ciudad. Era imposible no seguir con la mirada su trasero cuando subía o bajaba para celebrar un gol. También no ayudaba mucho el hecho de que de alguna forma imposible Jenn logro meter su teléfono en uno de los bolsillos de atras y este se alumbraba cada vez que le llegaba algun mensaje.

A pesar de todo, la personalidad enérgica y competitiva de Jenn ayudaba para que sus amigos no lo vieran todo el tiempo como una chica. El siempre usó pantalones ajustados, pero el problema comenzó hace algunos años cuando sus piernas empezaron a ensancharse mas de lo normal y el perímetro de su cadera supero los 110. Siempre despreocupado siguió usándolos aunque ahora le costará más entrar en ellos.

Dane estaba sonrojado y con una pierna cruzada, mientras que Rob ni siquiera disimulaba su erección, lo ajustó hacia el lado, pero aún asi se veía un bulto enorme. Dyn tenía puesto lentes oscuro, estaba mirando su teléfono y al parecer, era el único que no estaba atento a la escena.

Al finalizar el partido Jenn dio un pequeño salto de alegría exponiendo casualmente sus hoyuelos de venus en la parte baja de la espalda. Luego dio un giro y gritó:

- Yo gané, hora de beber! - Tomando la botella de cerveza y sirviendo 3 vasos. Habían apostado que si alguien lo lograba, los demás debian tomarselo de un trago.

Posó su obra de arte en sillón en el espacio entre Dane y Rob y se giró para mirar a Dyn.

- Parece que vas a estar ebrio cuando lleguen las chicas- le dijo de forma desafiante.

Dyn lo miro por un segundo. Era una vista encantadora, con sus pestañas largas, sus ojos celestes, sus labios rosados que parecian que tuviese labial y su pomulos redondeados. Era el rostro de la chica perfecta sin necesidad de maquillaje.

-Eso lo dices porque eres un debilucho- dijo Dyn, luego se puso de pie, tomó la cerveza y dio un sorbo largo hasta terminarla.

Jenn hizo una mueca y se echó hacia atras en el sillón. Le molestaba que Dyn siempre tuviese una buena respuesta y que nunca reconociera sus logros.

Así bebieron y jugaron hasta que llegaron las chicas que básicamente eran Keila, la polola de Jenn, y sus amigas.

Keila trajo un whisky con miel que a todos le encanto, se sentaron en el suelo al rededor de la mesa de centro y jugaron tomanji de celular y al "nunca nunca". En ese juego las cosas empezaron a encenderse cuando Karla, la chica atrevida del grupo dijo:

-Yo nunca nunca he besado a alguien de mi mismo sexo- al mismo momento que bebia un trago de su vaso. Acorde a las reglas del juego deben tomar todos los que han hecho lo que se dice despues de la frase "Yo nunca nunca". Todos sonrieron por la picardía de Karla.