La academia.

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Ahí estaba, ella, con su cola de caballo típica, de todos los días, sentada en una de las tantas mesas que había en esa academia de policías. Alicia se encontraba ahí sentada, ahogándose en sus pensamientos; en que iba a hacer después del almuerzo, ¿el fin de semana saldría de la academia y se iría a su casa? y otras muchas cosas. Pero de entre todas las cosas que pasaban por su cabeza a la velocidad de la luz, había una que sobresale, como que ese pensamiento tenía una luz, algo en particular, algo que a pesar de que ella pensara en cosas "sin importancia" como solía decirse a sí misma o, incluso a los demás. Ese pensamiento, o mas bien dicho, esa persona siempre, pero siempre volvía a su mente, una y otra vez. Como ese mosquito de verano que da y da vueltas alrededor tuyo y luego se marcha, pero al segundo vuelve. A si era Raquel Murillo en la mente de Alicia, ese molesto mosquito de verano, solo que Alicia tachaba completamente la palabra molesto y la reemplaza por "la persona más maravillosa que he conocido jamás."

Alicia y Raquel habían hablado en múltiples ocasiones pero desde el momento número uno, ambas sintieron una fuerte conexión la una por la otra.  El único problema, Raquel tenía novio. Esto cuando se enteró Alicia fue un golpe muy duro y aún recordaba ese día como si hubiera sido ayer. No se podía creer que había conocido a la chica de sus sueños y que esta tuviera novio o bueno si se lo creía, para ella sería ilógico que una mujer tan linda, tan hermosa, tan simpática, tan perfecta como ella no tuviera unos cuantos pretendientes (y novio) 

-11 de Septiembre- Primer día de academia de Alicia y Raquel

Alicia y Raquel se encontraban casi que al lado, sólo estaban separadas por dos personas, dos personas que ninguna conocía de nada. Ellas cruzaron las miradas un par de veces hasta que Raquel decidió acercarse a ella y preguntarle cómo se llamaba. Estaba claro que Raquel no quería comenzar la academia sola y andar por los rincones, a si no era ella pero en ese momento sintió que su corazón estaba en un abismo y apunto de caer. A pesar de esa sensación quería hablar con esa chica de hermoso cabello.  

Raquel no podía dejar mirar sus ojos (y eso era muy evidente) Ella sentía que miraba a Alicia y sus problemas se iban, olvidaba que estaba con su novio el cual era un patán pero a pesar de que ella no era feliz con ese sujeto no podía dejarlo. Había algo dentro de ella que se lo impedía y eso, sin duda era algo que le molestaba.

Por contra, Alicia, ella siempre había sido esa "chica mala" la que todos le tenían miedo, nadie se quería meter con ella, era intimidante, según todos. Pero ella se consideraba una persona con un carácter duro, sin más, no dejaba que nadie viera su lado sensible por temor a que le hagan daño. Ella se hacía un escudo anti gente de mierda, algo que ni ella entendía, nunca habia recibido daño alguno pero aun así siempre se hizo ese escudo. Pero en el momento que cruzó miradas con Raquel, todo ese escudo se cayó. Dejó de ser esa "borde" para ser un sol. Estaba segura que si alguien que la conocía de hace un tiempo la veía en ese preciso momento, no la reconocería, pensaria que seria otra persona completamente diferente.

Raquel decidió dar el primer paso, acercarse a ella y Alicia por inercia, quizás, también se acercó y en ese momento, cuando estaban frente a frente Alicia decide hablar y rápidamente romper esa barrera que imaginariamente se habían creado. 

-Hola, soy Alicia Sierra, ¿y tu eres?- Aceleradamente y de una manera un tanto nerviosa Raquel le responde

-Raquel, Raquel Murillo. Mucho gusto Alicia- En ese momento Raquel y Alicia empezaron a mirarse y siguieron la conversación, hablaron por unos 15 minutos y sobre casi todos los temas posibles, incluso sobre el menda, el susodicho, el novio de Raquel. Todo era felicidad hasta que uno de los directores de la academia se para en frente de todos y pide silencio para darle la bienvenida.

El señor después de dar una charla un tanto (bastante) aburrida les dice a los nuevos estudiantes que hay unas listas donde están las habitaciones de los nuevos. Ellas dos deciden ir a ver cual era su ahora, nueva habitación y también rezaban mentalmente para que quedaran en el peor de los casos en habitaciones separadas pero en el mismo piso. Por suerte ambas quedaron en la misma habitación y eso las puso extremadamente alegres, en especial a Alicia.

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