Prólogo:

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— ¿Verde? —Inquirió la mujer, sus manos elegantemente acomodadas sobre sus rodillas dobladas mientras yacía sobre un Tatami, perfectamente luciendose en el aroma a incienso del lugar.

— Verde: —Nombró él, posando sus ojos en sus propias rodillas cubiertas con un pantalón gris, frunció el ceño— puede definirse como relajante o refrescante; las personas relacionadas con éste color suelen ser divertidas y despreocupadas.

— Bien, —felicitó su hermana, una pequeña sonrisa surcando sus bonitos labios— ¿Y azul?

— Símbolizan la libertad y lealtad; así como la fidelidad y la verdad —Repuso y observó a la pelirroja asentir satisfecha— Las personas guiadas por éste color suelen ser de valores nobles, energéticas y puras.

— Exacto. —Afirmó ella levantando su dura mirada hacía su pequeño hermano, quién la observaba de frente completamente tenso.

El pequeño Nakahara en el lugar irguió su espalda cuando los ojos felinos de Kouyou cayeron sobre él como un balde de agua fría lo que lo hizo tragar saliva nervioso, pese a estar respondiendo todo correctamente.

— Chuya, sé que memorizar todo esto debe ser agotador además de confuso, sé que preferirías estar viviendo tu infancia como cualquier otro niño; jugar e incluso ir a la escuela... —Lamentó bajando la mirada, colocando una mano en su pecho de manera triste— Pero la verdad es que tú no eres como otros niños y tampoco serás una persona normal, eres un Nakahara nacido en el censo de la familia.

— Lo sé. —Afirmó él, también sonriendo de forma triste pues pese a tenerlo asumido sólo era un chico de díez años aún descubriendo el mundo.

— No podrás tener muchas cosas en la vida.

— Pero las que sí debo disfrutarlas. —Terminó por decir él y su hermana le sonrió, contenta.

— ¿Rojo? —Preguntó ella en su lugar, su expresión compasiva pasando a ser una extremadamente seria.

Chuya no era estúpido y aquello se le había sido repetido muchas veces, demasiadas como para olvidar las así que con tranquilidad respondió:

— Eso no importa, nunca estaré lo suficientemente cerca de uno como para averiguarlo.

— Buen chico. —Halagó Kouyou serena, cerrando los ojos aliviados— Es todo por hoy, Chuya. —Avisó.

El chico frente a ella hizo una reverencia en su lugar, parándose de forma lenta para dirigirse a la puerta siempre cuidando sus pasos en presencia de la mujer.
Kouyou suspiró una vez el chico estuvo fuera de su vista, ella confiaba plenamente en su hermanito, sus habilidades eran mucho más fuertes de los que fueron para cualquier miembro de su familia en una edad tan temprana, haciendo esperara mucho de él.

— Al mismo tiempo... —Murmuró para sí preocupada, sacando oculto entre su pecho y kimono una preciosa gargantilla.

Kouyou observó aquella pluma adornando el objeto: una preciosa pluma contando con una cola morada, azul en la base y así subiendo en diferentes colores; siendo estos celestes, verde, amarillo y acabando en naranja y rojo.

— Aún da un poco de miedo. —Admitió, abrazando con tristeza aquel objeto que brillaba cálido en sus manos.

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...

Al final decidí subir ambas porque: No tengo autocontrol y me odio a mi misma. Si, la misma nota porque soy pajera

Además esta y Tie iban muy empatados así que me dije... ¿Por qué no?
(Esto fue influenciado por mis amigas y cualquier daño al consumidor a ellas)

Éste cap es para mí muy querida -ArizuRabbit
Te amo we<3

The perfect liar.|Pausa|(Soukoku, BSD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora