Salí del coche con la caja de cartón en las manos, mirando la gran casa de madera de un color amarillo claro, no se veía totalmente bien, esta lloviendo haciendo que todo se viera un tan oscuro. Me acerque a la puerta pasando por el camino de piedra, muy bonito. Espere a mi padre para que abriera la puerta blanca. Me asome un poco fuera de porche de la casa viendo como una silueta femenina se dirigía hacia la basura con una bolsa negra en la mano. Llevaba un paraguas color azul que no me dejaba ver bien su cara. Abrió el cubo y metió dentro bolsa, girando sus pasos dio directo con la mirada de mi padre y mía, seguido de esto dio una pequeña reverencia y prosiguió a entrar en su casa. Mire a mi padre con ojos de que ya le había contado como era la vida en Corea, y sus formas de mostrar respeto.
Viví toda mi infancia en Islandia, hasta los trece, donde me fui a Perth con mi padre, y ahora con dieciséis me vine a Corea gracias al trabajo de mi padre, no tenia ganas, ni una, pero no puedo volver con mi madre, ella ya había formado una familia, con el señor Yang, teniendo yo de hermanastro a Yang Jeongin, no es que tengamos una relación muy mala, pero tampoco muy buena, literal solo pasamos juntos diez minutos de nuestra vida.
Mi padre por otra parte tuvo diferentes novias, pero ahora está con una, una tal chica de apellido Bang, no me se el nombre tampoco me lo aprenderé, al mudarnos a Corea supongo que dejaron la relación.
Deje los zapatos mojados en el recibidor, observe la casa, ni tan grande ni tan pequeña y muy acogedora, camine en dirección a las escalares subiéndolas y yendo directo a la puerta del fondo, al abrir esta tenia una escalares de unos seis escalones, subí hasta arriba y observe la bonita habitación. Tenia forma de octágono, todas las paredes de cristal menos la de detrás mía, incluso el techo es de cristal, y era aún más bonito al ver las gotas caer, las ventanas dejaban ver un amplio paisaje lleno de árboles, un lago entre ellos, y al fondo montañas llenas de nieve. La habitación solo contenía una cama de una sola persona justo delante mía, pegada a la ventana, como no me moriría de frío? Solo estoy en la puerta y ya siento que me congelo. Deje la caja en el suelo y encendí el interruptor de mi lado, una luz blanca que provenía de la lámpara redonda colgante iluminó todo, camine hasta el medio de la habitación y rodee sobre mi observándola detenidamente, tendría mucho tiempo de decorar.
Cogí la cámara que colgaba de mi cuello y me acerque a una ventana, hice diversas fotos. También se las hice al techo, era verdad eso de que en Asia van tan adelantos, nunca tuve y nunca vi algo como esto. Escuche un pequeño ruido en el desván, mire por el techo la pared del desván pensando en que sería, la curiosidad me estaba matando, estaba por bajar y decirle a mi padre que pasaba, pero ya tengo la suficiente edad para arreglarlo sola.
Baje las cortas escaleras y me puse en medio del pasillo, cogí el gancho que colgaba de la pared y lo metí en la pequeña anilla de la puerta de arriba, estire un poco y las escalares de madera bajaron, sin más que esperar subí arriba encendido la luz. Era todo muy oscuro y olía ha húmedo, mire a mi alrededor pero no vi nada que causara ese ruido, me acerque a la ventada de la izquierda, viendo como el porche se unía casi a la del vecino. Abrí la ventana, una fuerte ráfaga de viento fresco choco contra todo mi cuerpo, supongo que en la tercera planta hace más frío. Asome mi cara fuera de la ventana y observe todo el porche, lleno de diversas plantas, y por ahí en medio tenía un bonito banco de color blanco, salí sin pensar algo malo, cada movimiento mío se escuchaba gracias a las pequeñas rocas blancas que habían debajo mía.
Caminaba con total precaución ya que aún seguía lloviendo, y no quería un accidente ahora, me acerque al banco y roce mis dedos con el respaldo de estas, aún con esa acción mire hacia un lado contemplando mucho mejor las montañas, volví a sujetar mi cámara y saque diversas fotos. Me gustaba el silencio que había, se notaba que estaba lejos de Seúl y que no estaba muy habitada.
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Aprende a jugar-Lee Know
General FictionUn pueblo algo lejos de Seúl, ahí vivo yo. Paz? Antes, ahora no. Quien me diría que esa persona viviría a mi lado, estuviera en mi instituto, en mi clase, en mi vida. El dice juego, yo digo realidad, y ha veces el papel se intercambia. Sera que desp...