#1 Se rompen cristales

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5 años después

Doncaster, Reino Unido

Sábado 26 de septiembre, 2015 10: 30 am

Tome la cuchara y con esta revolví  o aún mejor, mareé el cereal con leche que se encontraba frente a mí en un gran tazón.

No encontraba el sentido de que aun este sentado frente a mí, si ya había terminado su desayuno una hora atrás. Sabía que su presencia no ayudaría a que yo coma, pero, aun así lo hacía.

- Christine ¿Cuándo será el maravilloso día en que no tenga que perder mi tiempo sentado frente a ti para que comas Y que enzima no comas? – La voz de Trent tenía una pizca de enojo y frialdad en ella, pero mejor que nadie, sabía que por más fría que sonara no comería o simplemente no haría caso a lo que él me diga.

Levante la vista de mi tazón para dirigirla a los furiosos ojos verdes de Trent. Este me miraba con el ceño fruncido y sus labios rectos en una sola línea. Alce una ceja y solté una carcajada a la ridícula mirada que llevaba.

- Nunca te he dicho que te quedaras a perder el tiempo conmigo – deje la cuchara sobre la mesa y para dar a entender que no comería, empuje el mantel con el tazón, el vaso Y el plato lleno de comida desperdiciada hacía delante – Con permiso, me levanto de la mesa – Hice una cara de burla dirigida a él para luego arrastrar la silla y poder salir entre esta y la mesa asía la habitación en donde dormía.

- Termina tu desayuno y te levantaras de la mesa – La mano de Trent sobre mi muñeca hizo que me detuviera justo cuando pasaba por donde él estaba sentado – Siéntate – La voz fría y enojada de Trent rara vez me causaba algún temor o acción que indicara que haría lo que el pida. Un escalofrío recorrió mi columna al escuchar las duras palabras de Trent, esta era la ocacion.

- No tengo hambre – Baje mi vista para encontrarme con la suya. Él se paró quedando a centímetros de mí que el mismo hizo más largos a una distancia cómoda para los dos.

- No has tenido hambre desde los pasados 5 años que te conozco ¿Qué sucede?

La Ira me consumía lentamente por cada letra el pronunciaba en palabras. No sabía él porque del enojo, solo sabía que era algo que aparecía sin aviso alguno Y lo peor que también sin motivo alguno.

No sabía que contestar por lo que opte solo tratar de zafarme de su agarre. Moví mi Muñeca pero con cada movimiento que hacía su mano la apretaba más haciendo inevitable que pueda zafarla.

- ¿Podrías soltarme? Tengo cosas que hacer – Con mi otra mano tome sus largos dedos y así quitarlos uno por uno. Con algo de esfuerzo en vano quite los primeros tres dedos que habían vuelto a enrollarse en mi muñeca - ¡¿Qué quieres?! Maldita sea – La paciencia no era algo que yo llevara conmigo, era muy fácil hacerme enojar con tonterías si es que jugabas con mi paciencia. El grito lo Había tomado por sorpresa pero no había logrado que sacara sus dedos.

- Christine, trato de ayudarte como siempre lo intento, dime que es lo que te sucede y te dejare – su voz era calma. Sus ojos radiaban ternura paternal que hacía que siempre, mágicamente, digiera que si a todo lo que él me decía.

- No es nada Trent, Yo y mis locuras mañaneras – Le sonreí con esperanza de que me dejara, pero no basto.

- ¿Dura las 24hs del día, los 7 días de la semana Y los 365 días del año? ¿Durante 5 años?  -  Bufe. Tenía razón era una excusa estúpida ¿Qué más podía decir?

- No, solo… Tengo 18 años, soy adolescente es común… se me pasara, no te preocupes- Mi sonrisa por segunda vez no había ayudado a mi escape. Mierda.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2015 ⏰

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Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora