One-Shots °~NagiKae~°

Un día después [Part. 2]

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La mañana siguió transcurriendo normalmente, Koro-sensei había escogido las últimas semanas del año para repasar temas inportantes, por lo que para la mayoría, los días eran más tranquilos.

Hasta que llegó el legendario momento que más de uno esperaba, el descanso para comer.

—¡Muy bien clase! —dijo de repente el sensei amarillo —Después de comer continuaré con un par de ejercicios más. Estaré en la sala de profesores.

—Oh! ¿Koro-sensei no irá a otro país por comida? —preguntó Kurahashi extrañada.

—Ayer gasté dinero en algo inportante —explicó sin mostrar tristeza como en otras ocaciones.

—Eh... ¿Entonces no comerá? —preguntó Maehara.

—NuruFuFu! Tal vez una semana no comeré.

"Por que está tan despreocupado"

Pensaron todos en unísono con los ojos en blanco.

—¡Eso no está bien Koro-sensei! —habló Kataoka llamando su atención. Después de unos segundos saco un pan de su bolso —Tomé esto... —dijo con la mano extendida.

—No no no, Kataoka-san... —agitó sus tentáculos en desaprobación.

—Puede quedarselo, yo aún tengo mi bento.

—Oh! Esa es nuestra representante de clase... —elogió Maehara.

—¡Pero sensei! —habló Hara desde el fondo  —Eso no es suficiente para usted, puede quedarse también con uno de mis bentos.

—Hara-san...

—¡Tenga también uno de mis pudines!

—¿¡¡Kayano-san también!!? —exclamó sorprendido.

Koro-sensei estaba conmovido, estiró sus tentáculos para alcanzar las manos de sus alumnas y tomar delicadamente lo que le concedían.

—¿Por que se quedó callado tan de repente? —cuestionó Mimura con una sonrrisa casi burlona.

—Déjalo en paz, sólo se conmovió —mencionó Sugaya de la misma forma.

—Tal vez llore... —declaró Itona fríamente.

—¡¡Los escuché!! —reclamó el sensei, apuntando a ellos con sus tentáculos.

Todos sonrieron divertidos.

—Koro-sensei... —llamó Isogai mientras se ponía de pie —Durante esta semana todos los demás podríamos también darle algo para el Almuerzo. Sólo nesecitamos saber en que gastó su dinero.

Koro-sensei guardo silencio un par de segundos, no por que no quisiera decir la razón, si no por que ninguno de sus alumnos estaba protestando en desacuerdo, más bien, todos y cada uno tenían una sonrrisa sinsera en sus caras.

—No se preocupen... —habló calmado —Yo tenía planeado decirles, sólo que creó que aún no es momento...

—Supongo que eso es suficiente —asintió Isogai.

El sensei amarillo, comenzó a sollozar, trató de contenerlo pero aún era audible. Las caras de sus alumnos mostraron una sonrisa, era raro ver así a su sensei.

—¡¡Tengo los mejores alumnos del mundo!! —dijo emocionado antes de salir volando por la ventana lleno de alegría.

—La sala de maestros está en este edificio... —mencionó Nagisa divertido.

—Olvidó por completo lo que sea que iba hacer antes... —ajustó Kayano con los ojos en blanco.

En el momento que Koro-sensei desapareció, todos comenzaron a sacar sus bentos del cajón de su mesa de madera y se reunieron en grupos para poder conversar y comer comodamente, o había quienes preferían salir a comer a la sombra de un árbol fuera del edificio, como el grupo de Terasaka.