Era una noche cualquiera, estabas sentada en el sofá mientras veías tu serie favorita.Iván, tu pareja, siempre llegaba tarde del trabajo, pues estaba en una oficina y, según él, "le retrasaban mucho con los informes", eso nunca te pareció demasiado convincente, pero no le dabas importancia porque confiabas en él a pesar de todo.
El reloj marcaba casi las 23:00 y aún no había vuelto, pero como ya he dicho, no le diste importancia.
El reloj seguía girando, las 0:00, la 1:00... Y empezabas a preocuparte un poco, comenzaste a llamarle pero no contestaba, por lo que decidiste darte por vencida y simplemente esperar.
Finalmente, rozando las 4:00, Iván llegó a casa, te levantaste rápidamente, y cuando te disponias a preguntarle el porqué de su tardanza, notaste algo inimaginable para ti hace tan sólo unos minutos, se le veía desmejorado, estaba despeinado y somnoliento, con la americana arrugada en la mano, la camisa algo desabotonada y la corbata prácticamente quitada, al principio no entendías el porqué de que hubiera llegado con ese aspecto, pero un fuerte olor a alcohol le delataba.
T/N: ¿por qué has tardado tanto? -preguntaste desagradablemente sorprendida-
Iván: *chisst* -pronunció colocando un dedo en sus labios a modo de petición de silencio- no grites, me duele la cabeza. -balbuceó-
T/N: sí no te importa, me gustaría saber de dónde vienes tan tarde, y por qué no contestabas mis llamadas, estaba muy preocupada. -dijiste bajando el tono con la bondad que te caracterizaba, jamás hubieras pensado en echarle una bronca aunque, obviamente, era lo que se merecía en esos momentos-
Iván: He estado en la oficina, como siempre, el cabrón de mi jefe siempre me tiene hasta última hora con los informes, ya lo sabes -dijo de forma casi inentendible-
T/N: ¿Y de la oficina vuelves con ese aspecto?, por Dios Iván, apestas a alcohol.
Iván: Bueno, es que hoy era un día de celebración, el cumpleaños de un compañero de trabajo, y nos hemos tomado unas copas a su salud, de todas formas, no tengo por qué darte explicaciones. -respondió en un tono severo-
T/N: pues a mi parecer sí que tienes que dármelas, según tú, habías dejado de beber, ¿y ahora apareces así? -dijiste compungida-
Iván: Te acabo de decir que era un día especial, además, ¿a ti que coño te importa lo que haga con mi vida?, ¡Beberé lo que se me antoje y cuando sé me antoje! , no eres quién para limitarme. -contestó entre gritos-
T/N: Para empezar soy tu novia, y creo que no deberías hablarme así por muy bebido que estés, además, solo estoy preocupándome por ti y tu salud, te quiero Iván, y no quiero que te pase nada.
Iván: Tonterías -dijo mientras avanzaba hacia el salón entre tropiezos- tú nunca te preocuparías por mí, estás más preocupada de tirarte a todo mi círculo de amistades, sólo eres una puta más.
T/N: ¿¡se puede saber que dices!?, sabes perfectamente que eso es mentira, y ya te he dicho que no deberías hablarme así, es una falta de respet.. -no te dejó terminar la frase-
Iván: ¡te hablaré como quiera! , esta es mi casa, y tú solo estás aquí para complacerme -vociferó mientras sacaba una pitillera del bolsillo para acto seguido encender un cigarro-
T/N: Ah, ¿ahora también fumas?, Mira, te repito por última vez, que ni se te ocurra volver a hablarme así, no soy un objeto para que me mangonees.
Iván: Uy, la niñita se revela, -respondió a modo de burla- ¿quieres que te recuerde que estás en Madrid por mi? Toda tu familia vive lejos, ¿qué pasaría si ahora decidiera echarte de casa?, tendrías que vender tu cuerpo para conseguir un mísero euro, aunque bueno, siendo tú, no creo que te cueste. -rió-
T/N: ¡Ya está bien!, esto es la gota que colma el vaso, yo sólo me dedico a desvivirme por tí y cuidarte más como una madre que como una novia, pues no hago más que limpiar y cocinar cuando vuelvo del trabajo, ¿y aún así tienes las narices de llamarme puta? , eres tú el que me ha sido infiel con todas las secretarias que has tenido, ¿o crees que no me entero?, ¿cuántas veces te he perdonado?, seguro que hasta perdiste la cuenta, no tienes ningún derecho a gritarme ni mucho menos amenazarme, si me tengo que ir, me iré, y no porque me eches, ¡sino porque ya no te aguanto más!. -tomaste consciencia de que llevabas mucho tiempo queriendo decirle todo eso, y por fin te habías desahogado, aunque debías reconocer que en el fondo, tenías miedo de su respuesta-
Iván: ¡igual me acostaba con todas ellas porque tú nunca querías hacer nada! Y cuando lo hacías, jajaj, hubiera sido mejor que no lo hubieses hecho, nunca has estado ni estarás a mi altura, admítelo T/N, no vales nada, y si quieres irte, ¡vete! , ¿quién va a echarte de menos? , podría conseguir a alguien mejor que tú en un abrir y cerrar de ojos, es más, quiero que te vayas, solo eres un estorbo. -gritó mientras se dirigía al dormitorio, abrió el armario y comenzó a sacar tu ropa tirandola encima de la cama-
Sus palabras te dolieron como puñales clavándose, sabías que esa noche no iba a terminar bien, pero no esperabas esto.
T/N: ¿¡que haces!? -en ese momento, solo querías agarrar tus pertenencias y salir rápidamente de ese maldito lugar, pero recordaste que una de las cosas que él había dicho, era cierta, tu familia vivía lejos y no sabías a donde ir, por lo que pensaste en intentar calmar el ambiente como sea, al día siguiente llamar a tu madre para explicarle lo sucedido, y que te ayudase como pudiera, pero no fue posible-
¡Para! , no sabes lo que haces, estás borracho, no puedes echarme, no tengo adónde ir, por favor, escúchame, yo te amo. -fingiste intentando darle pena-Iván: ¡me importa una mierda! , no quiero volver a verte. -metió violentamente todas tus cosas en una maleta y la lanzó hacia el recibidor, acto seguido te empujó hasta allí y abrió la puerta sacándote fuera-
T/N: ¡hijo de puta! , no sé que pude ver en tí el día que te conocí, solo eres un alcohólico de mierda.-gritaste mientras dos lágrimas caian sobre tus mejillas-
Iván: ¡hasta nunca T/N! , ojalá te atropellen a la salida -finalizó cruelmente, ignorando tus reproches para acto seguido cerrarte la puerta en las narices-.
Ahora, por primera vez en mucho tiempo, estabas sola.
Realmente no te habías dado cuenta de la dependencia emocional que te había creado tu relación hasta aquel momento, en el que supiste que no recordabas como se vivía sin la compañía de nadie.
Sí, él nunca te prestaba atención y bebía demasiado, pero jamás había llegado a ser tan agresivo como esa noche, además, al menos sabías que le tenías, ¿pero ahora que tienes?, nada.
Entre sollozos, cruzaste dos calles caminando hasta llegar a una pequeña plaza, allí te sentaste en un banco, no sabías a donde ir, bien es cierto que podrías haber llamado a tu madre, pero estabas tan destrozada que ni siquiera se te pasó por la cabeza.
T/N: ¿por qué tuve que enamorarme de ese imbécil? , si no le hubiera conocido, sí tan solo no le hubiera dado mi número, ahora no estaría así, en el fondo todo es mi culpa, -pensaste en voz alta autocastigandote- , pero a partir de ahora todo será distinto, ¡no volveré a enamorarme jamás!, ya he tenido suficiente, y si alguien intenta seducirme, lo lleva claro, pienso hacerle pagar por todo el daño que me han hecho. -finalizaste mientras colocabas la cabeza entre tus rodillas para que los viandantes no te vieran llorar-.
-Después de un tiempo, caíste rendida por el agotamiento de lo vivido y te dormiste profundamente- .
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Buenas :D espero que os guste la historia , antes estaba haciendo otra de fargan pero la termine borrando porque no me convencía, a si que he empezado esta que me esta gustando , espero que voten positivamente :")
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Del odio al amor en una venganza (Fargan Y Tú) •pausada•
RandomT/N vivía en Madrid con su actual pareja, hasta que una discusión desencadenó en una ruptura de lo más dolorosa, hasta el punto de que T/N proclamó jamás enamorarse de nuevo y vengarse "rompiendo" el corazón de cualquiera que intentara seducirla. De...