Quinta ruptura.

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17 de diciembre.

Chenle intentó volver a llamar a su novio, durante esos últimos días Jaemin había estado muy distante con él, ignoraba sus mensajes o llamadas o le ponía excusas cuando habían quedado en verse. El pelinaranja supuso que solo sería el estrés de los estudios.

Aquella tarde de sábado decidió darle una sorpresa. El chino no era muy bueno cocinando pero se pasó casi toda la mañana intentando preparar unos brownies de chocolate para el mayor. Al acabar, limpió el desastre que había formado en la cocina y guardó los dulces en una cajita.

Envió un mensaje al mayor informándole de que iba de camino a su casa. Claramente no recibió una respuesta o tan solo un visto que le indicara que el otro le había prestado un mínimo de atención. Decidió ir igual ya que él hacia justamente eso cuando estaba estudiando.

Caminó a paso relajado las calles que lo separaban del apartamento del rubio, vivía en un edificio no muy lejano así que casi no tardó en llegar.

Cuando estuvo allí tuvo la suerte de que una señora abandonaba el lugar y le mantuvo la puerta abierta. Esperó lo que se le hizo una eternidad en el vestíbulo a que llegara el ascensor y marcó el sexto piso.

Volvió a sacar el móvil al llegar al rellano del piso. Sin respuesta, sin haberlo visto. No era raro últimamente. Para dar una mayor sorpresa al chico decidió no llamar al timbre, sabía que tenía una llave escondida bajo la maceta del vecino de al lado para emergencias.

Abrió con cuidado de no hacer mucho ruido.

—¿Jaemin? —susurró. No escuchó nada así que cerró la puerta cuidadosamente y dio un par de pasos— ¿Jaem? —esta vez habló en una voz más fuerte pero nuevamente sin respuesta.

Oyó algo proveniente de la habitación del rubio así que lentamente se dirigió hacia allá.

Tuvo que apretar la caja de los brownies para que no se le cayera al suelo. Una chica morena estaba sentada en la cama de Jaemin.

—¿Hola? —habló algo asustada— ¿Quién eres?¿Cómo has entrado?

—¿Quién eres tú?¿Y Jaemin? —Chenle respondió con otras preguntas.

—Oh, soy la novia de Jaemin, hoy celebramos cinco meses —en su cara se dibujo una sonrisa.

El mencionado salió del baño de su habitación.

—¿Ji In con quien hablas? —frenó en seco al ver al pelirrojo— Chenle, ¿que haces aquí?

—Enterarme del farsante que eres —protegió su dolor con una sonrisa sarcástica.

—Puedo explicártelo, luego... —pareció pensar— luego hablamos, ¿si?

—No —respondió el menor—, no habrá luego. Por cierto, ¿Ji in? —la mencionada lo miró— Te aconsejaría que no llegarais a los seis meses, te estaba engañando.

Sin más palabras salió de allí rápidamente. ¿Es que no había una sola persona que pudiera quererle? No lloraría, ese bastardo no lo merecía, pero el dolor estaba presente. Decidió pasar por aquel sitio que se había vuelto su lugar de confianza.

🕔

—Traigo brownies —medio canturreó entrando por la puerta. Renjun se giró a mirarlo con un brillo en los ojos.

—¿Cuál es la ocasión? —preguntó acercándose a probar el dulce.

—Bueno eran para mi novio, pero me estaba engañando —habló Chenle—, bueno, engañaba a otra chica conmigo pero tampoco lo sabía.

—¿Estás bien? —habló el mayor con la boca llena de chocolate, lo que hizo que el otro riera— Perdón, es que está muy rico.

—Estoy bien supongo, simplemente es otra decepción más, empiezo a pensar que no estoy hecho para encontrar el amor.

—No digas eso, Chenle, estoy seguro de que el amor está más cerca de lo que piensas. Ahora... —extendió la mano sin decir nada más y el menor con duda le posó un brownie en la palma de la mano— ¡Eso no!¡La caja, tonto!

Haciendo un gesto de comprensión rebuscó en sus bolsillos y se la entregó. Como era costumbre, el castaño desapareció por la puerta de su pequeño taller.

🕠

—Listo, no era tanto como pensaba —habló mientras salía—. Espero que no te hayas comido todos los brownies mientras no estaba.

Ambos rieron.

—Cómelos todos —animó el menor con una sonrisa—, como agradecimiento por ayudarme siempre.

—¿Seguro? —vio como se le iluminaba la cara así que asintió, tendiéndole la caja con los dulces.

—Muchas gracias, Lele —dijo lleno de emoción.

Lele, sonaba tan bien en sus labios que le provocó una sonrisa.

Y esa fue la primera vez que Chenle se sintió completamente a gusto con alguien.

Clocks {Renle}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora