Conocerse

103 14 3
                                    

Desde que eran simples críos, estuvieron destinados a tener que verse, a encontrarse y tener un horario que los tenia altamente pegados. Cuando Merlon estaba presentando el panel en esa mesa redonda, como si quisiera imitar a los caballeros de la corte, y desde pequeños inculcarles que eran esenciales, especiales para el pueblo, que crecieran con la idea de que eran importantes. Con sillas con sus iniciales, con sus pequeños cuerpos infantes apenas logrando rellenar el espacio de las sillas afelpadas.

Quizás era por eso mismo que de mayores el ego de la mayoria era escandalosamente alto.


Luzu venia de un pueblo tan pacifico, tranquilo e sereno que se le hacia tan extraño la sola idea de luchar. Su alrededor había sido flora, paisajes hermosos pintados de verde, flores adornando las montañas y cabañas con familias enteras saludándole cada que pasaba por ahí con su padre.
Era de esos que no conocía lo que era una invasión en el pueblo. Lo mas problemático que había vivido nunca había sido la disputa entre dos vecinos que no se decidían quien se quedaría con una cria de vaca. Problemas entre granjeros y campesinos, nada que preocuparse en verdad, mucho menos con el tipo de personalidad que tenia el niño, que ya demostraba esa capacidad para convencer, dar alternativas mas allá de solo plan b. 
Si no fuera por que el pobrecillo se ponía nervioso con tantas personas seria un excelente líder, uno capaz de ser seguido, pero su voz era simplemente baja, temerosa de hablar cuando todos lo hacían, encogiendose aun si sabe que tiene la razón.

 Era problemático saber que de los 10 tuviera este tipo de historial. Pero lo suficientemente capaz de superarse y romper sus barreras.
El brillo de los ojos era esa advertencia, de una inocencia aun sin manchar y la firme creencia que todos tienen algo bueno que ofrecer, la ingenuidad de un niño, las ganas de ayudar, dar una mano y caminar a par de sus compañeros.
Eso era él, con la mente clara a que es lo que seria, sin desvíos del camino y la vista clara.

"Serás el sol de karmaland, poco mas y me quedo ciego de solo verte"- Bromeaba Merlon, por que sentía que cada que veía al castaño el sol se ponía en posición para posarse detrás de el, y darle esa esencia de especial, de ser una estrella, se sentía distinto a la calidez de Vegetta, el líder.
La calidez de Luzu abrazaba. La de Vegetta motivaba.
Si el de sudadera negra te tomaba la mano para seguirlo, Vegetta te daba un empujón motivacional, un impulso agresivo y decisivo.


Y por otro lado estaba Fargan, que siguió este patrón de desconocimiento a una invasión, era un híbrido de búho adoptado en un pueblo que lo tomo como su cartero, único en su especie, sin familia y sin recuerdos de donde venia, si es que alguna vez estuvo en los cielos nunca lo sabría, por que Fargan no tenia ni un pizque de curiosidad por saberlo. Le gustaba entregar cartas, le gustaba saludar a los aldeanos y recibir galletas de recompensa.
Cuando fue convocado en Karmaland, no lo entendió. no encontraba una marca ni un tipo de patrón que le hiciera algo especial, las leyendas siempre hablaban de que los elegidos tenían algo que los hacia ser identificables, pero el no tenia nada de eso, le hacia caer en que solo eran por sus alas, y tuvo miedo. Miedo de que se las quitaran, sé las arrancaran y nunca volver a sentir el viento en la cara.

"Eres una rata voladora, pero Merlon sabe lo que hace al elegir"- Dijo el segundo héroe, el que nunca abría los ojos pero parecía que se enteraba de todo aun así, y el que sabia que decir de la manera mas fría, por que el era así, un niño sincero que aunque se le facilitaba mentir, también decir la verdad. De entre tantas verdades nunca podrías identificar cual es la mentira, esa era su ideología, lógica y manera de tomarse su papel como héroe, ese que se guarda los secretos pesados, ese que se sacrificaría y no diría nada por que aunque odie la idea de la muerte, sabría que nadie seria capaz de lograrlo si no es el.

Fargan se sintió mucho mejor cuando no tuvo que esconder las alas, y dejar de abrazarlas, aliviado de que no se las iban a quitar en un intento de hacerlo "normal". 
Se le asigno el numero 5, el que se supone que debe equilibrar a los otros 9 era todo menos una balanza, era una explosión de emociones concentradas en un cuerpo que se estuvo resistiendo a la idea de que debía ser formal con la gente, conteniendo sus ganas de reír como loco, volar y correr sin tener el compromiso de hacerlo por cartas.
Era libre en Karmaland, finalmente podía moverse como niño de 9 años que era.

"Serás el atardecer"- Fue el lindo apodo que quisieron brindarle, cuando el búho descendía sus alas daban una sensación de relajación, verlo sobrevolar daba la sensación de que te drenara la energía, diciéndote que el día se esta acabando, avisando que es momento de descansar.


Su contrario seria Alex "el amanecer" el qué lleno de energía saludaba al pueblo con su amargura, contagiando esa mala vibra de ser temprano y energía para estar enojado hasta que llegar el medio día a recargar esas pilas mejor que nunca. Era decir, Luzu.
Luego de que el sol estaba en su pico y dando todo su brillo, venia el atardecer a bajar el brillo y marcar la entrada de Rubius, la noche. 


–¿Por qué Rubiuh es la noche si el esta mas de madrugada que de noche?

–¿Quieres ser tú la noche Mangel? –Pregunto el doctor Doofenshmirtz. El niño de lentes parpadeo por ello pero cuando un dedo se metió en su boca y se quedo sin habla creyó que había dicho algo malo–

–¡No, yo quiero la madrugada! Así Lolito puede compartir conmigo 

No hacia falta ver qué Lolito sonrío por la afirmación y sus pies se movieron en respuesta a lo dicho. Alex le dio la mano a los dos nuevos involucrados en el tema del tiempo, como si les diera la bienvenida a un equipo invisible.
Ellos eran los apodados conforme el tiempo pasaba, los 6 héroes representaban el lapso del dia perfectamente y aunque fue hecho como una manera divertida de representar la hora a falta de reloj, los demás querían sus propios apodos también.


–Yo digo que Staxx debería ser un frasco de experiencia  –Alego Lolito señalando al de casco, que de luces verdes se pudo ver su sorpresa aun con solo la visibilidad de sus pupilas por el casco

–¿¡Eh!? ¿Eso qué quiere decir?  –El infante se rio agudamente, con una risa que contagiaba a otros a sonreír, dentro de su poco entendimiento le parecía bonito recibir un apodo–

–¡Por qué tu casco tiene los colores! Son brillantes, muy muuy brillantes –Daba saltitos en su propio asiento, los demás niños comenzaron entonces un juego mental en relacionar a Frank con colores que tuvieran que ver con su casco–

–También puede ser una Enderpearl –Añadió Vegetta, dandole toquesitos suaves al casco, la textura era diferente claramente pero aun así el brillo que emitía el casco era hipnotizante para cualquier infante–

–O una poción de salto

–O prismarina oscura

Un buen inicio para marcar que como desde el inicio estaban destinados a estar juntos.
¿De manera romántica? ¿Amistosa?























–Entonces, ¿Eres mediodía?  –El buho se desentendió de la platica cuando empezaron con el apodo de Vegetta, y fijo su atención en el que siempre tuvo a la derecha–

–Y tu el atardecer –Y Luzu tampoco tenia tanto interés cuando se dio cuenta que Auron puso su atención en Lolito–  ¿Te parece que vayamos mañana a intentar el formato?

–Me parece genial –Para Fargan seria un honor el tener un compañero de juego–


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 30, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pájaro [Karmaland4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora