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— Buenas tardes señor Im, el director de JYP llamó por la mañana. No quiso dejar una referencia y dijo que lo llamaría más tarde —el pelinegro anduvo a pasos largos hasta el ascensor escuchando los recados de su secretario.

— No atenderé llamadas el día de hoy, si le urge tanto contactarme dile que puede dejarte el recado. No quiero molestias.

— Si señor Im.

Las puertas del ascensor se cerraron y él suspiró con cansancio, recargandose contra la pared, el reloj marcaba apenas las siete de la mañana y él ya se sentía con ganas de volver a casa y dormir para olvidarse de sus problemas.

A algún idiota le había parecido gracioso pintar su auto con pintura barata por todos lados, acusándolo de elitista y algunas cosas más que realmente no quería recordar; también había sido invitado a una fiesta de algún accionista que específico que debía ir acompañado.

Los empleados de la compañía hacían una breve reverencia respetuosa apenas veían al chico pasar, con ese andar tan seguro y su mirada afilada sin mirar a nadie de vuelta. Tan perfecto.

Tan inalcanzable.

— ¿Puedo preguntar que crees que haces, Jooheon? ¿Cómo entraste aquí? —Jaebum suspiró al ver al castaño sentado en su silla detrás del escritorio, siempre que el chico se aparecía en su oficina resultaba en un verdadero dolor de cabeza, y él no estaba dispuesto a lidiar con sus juegos, al menos no por ese día.      

El nombrado se limitó a alzar la mirada de la pantalla frente a él y sonreír sin llegar a mostrar su perfecta dentadura para volver a escribir sin hacer mucho caso a su cara malhumorada del menor — Si sigues frunciendo el ceño de esa forma te saldrán arrugas Jaebum, relájate y disfruta de la vida.

Jaebum dejo su saco sobre el sofá más cercano y anduvo hasta a un lado del mayor, abriendo los ojos al ver lo que hacía, no contaba con que descifraría su contraseña y mucho menos se atreviera a abrir de nueva cuenta su perfil en Ohmydaddy — ¿Qué mierda crees que haces idiota?, ¡Devuélveme eso!

Jooheon rió y alejó al pelinegro con una mano mientras seguía indagando en su ordenador — Tú dijiste que necesitabas compañía para un evento y yo te estoy dando una solución, que malagradecido. Además, te tenías muy bien guardado el hecho de tener una cuenta creada.

Jaebum resopló, a sabiendas de que Jooheon no se movería un centímetro hasta lograr lo que quería; no estaba dispuesto a perder energía peleando con él cuando claramente tenía otras cosas más importantes por atender. 

Tomó uno de los vasos de café sobre su escritorio, que supuso, Jooheon había llevado para él después de contarle de la mañana de mierda que había tenido y comenzó a revisar el papeleo pendiente mientras el mayor ocupaba su ordenador.

— Hace mucho deje de usarlas porque no era divertido —informó en voz alta mientras revisaba los papeles, ambos concentrándose en lo que hacían pero aún así poniendo atención de lo que el contrario mencionara— tuve contratos con un par de personas pero buscaban más de lo que yo podía ofrecerles.

— Es bastante común que las personas confundan esta clase de relación —Jooheon le sonrió amablemente y le mostró un par de fotos para colocar en su perfil, el mayor tocó sus labios y señaló una.

Daría nuevamente de baja el perfil apenas su hermano mayor se fuera — ¿Cómo es que sabías de la existencia de estos sitios? Es raro viniendo de ti.

— El hecho de que este detrás de ese lindo secretario tuyo con un grandioso trasero no quiere decir que sea imbécil Jaebummie, soy mayor que tú y por lo tanto he vivido más. Recuerdo que fui a una reunión a un hotel y me topé con una conferencia de este sitio para un montón de sugar babies en entrenamiento.

¡𝐎𝐇 𝐌𝐘 𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora