Introducción

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La posmodernidad poco nos ha enseñado de moral. Pertenecemos a un período sin valores donde un hombre se puede considerar como niña pequeña, y no sólo ser aceptado, sino también protegido. Peor incluso: un mundo donde por las calles hay multitudinarias marchas que solicitan el derecho a matar inocentes.

Presentados con sus pañuelos verdes, hombres y mujeres salen a la calle para protestar en contra de la moral objetiva. De Kant aprendimos muchas cosas, pero como pudiese decir el proverbio "No le hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti", se explica muy bien el imperativo categórico presentado en "Lecciones de Ética". Y no es una mera cuestión moral: el aborto como lo conocemos hoy en día está mal en todos los sentidos posibles. El único modo en que se pudiese justificar este acto es en la reducción de la población (y sería una justificación absurda, incluso, pero a fin de cuenta válida para los hombres más fascistas. Fíjese usted, lector, cómo la izquierda se va convirtiendo cada vez más en el enemigo que tanto odian...)

Hubo una época donde las muertes significaban un cero a la izquierda. El político más maquiavélico, que no tiene ética política ni moral objetiva, es ese que está dispuesto a asesinar a sus ciudadanos por una satisfacción de los individuos.

Es indudable: en la vida mueren hombres todos los días. En las guerras quienes más mueren no son los soldados o los empresarios, sino los inocentes. La rigurosa moral política debe obedecer por un único derecho verdadero: la vida. En una sana sociedad no hay excusa alguna que dé permiso a los individuos para acribillarse, a excepción de la vulneración de nuestro mismo derecho a la vida o a la propiedad privada. Cuando un hombre le dispara a otro se considera asesinato, cuando lo hace un soldado se considera un crimen de guerra, pero cuando lo hace una mujer se considera acto de valentía; ¡y cuánta cobardía! Porque matan humanos que no se pueden defender.

El "derecho" a matar inocentes no debe existir nunca sobre los particulares. La animalidad humana exige a las guerras, pero los tiempos de expansionismo salvaje acabaron: ahora las muertes se dan por egoísmo, maldad, remordimiento o conveniencia.

El derecho a matar inocentes no puede existir porque estaríamos privilegiando a las personas de hacer lo que se venga en gana: si no se me obliga a respetar la vida de un inocente, ¿por qué he de respetar cualquier otro derecho?

Ni eufemismos qué utilizar para adornar las palabras: este es un corto ensayo en contra del aborto, una matanza.

Daremos en este ensayo argumentos científicos, políticos, económicos y morales en contra del aborto. Serán presentados así: 1) Tesis o argumento inicial; 2) posibles argumentos de la contraparte; 3) desmantelación de argumentos de los abortistas. Con lo cual, para ejemplificar, sería del siguiente modo: 1)Digo que al aborto es malo; 2) una mujer (u hombre) dice que el aborto es bueno; 3) le argumento por qué el aborto no es bueno.

El "Derecho" a Matar Inocentes: Un Ensayo Contra el AbortoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora