El Prisionero de Azkaban | DRAMIONE

CAPITULO 8: QUIDDITCH

Snape entró al aula de Defensa contra las artes oscuras dando un portazo y cerrando las ventanas con su varita, algo que hacía usualmente en su propio salón de clases, Harry le vio pensando en que tal vez después de todo, sí había envenenado al profesor Lupin para quedarse con el puesto

- Vamos a la página trescientos noventa y cuatro -

- Disculpe señor, ¿Y el profesor Lupin? - Pregunto Harry moviéndose en el asiento

- Eso no le interesa, ¿O sí Potter? - El hombre siguió caminando por el salón - Basta decir que se encuentra indispuesto hoy, vamos a la página trescientos noventa y cuatro -

Ron pasaba las hojas, decepcionado de que fuera Snape quien daría la clase de hoy y no el profesor Lupin, por otro lado Severus notó la actitud y con su propia varita paso rápidamente las páginas hasta llegar a la indicada

- ¿Hombres lobo? - Pregunto el pelirrojo sin entender

- Pero profesor, hoy veríamos a los Hinkypunks, las bestias nocturnas son después - Habló Hermione sorprendiendo a Harry y Ron

- ¿Cuando llegó? - Pregunto el pelirrojo al ojos verdes que negó con su cabeza, acababa de estar sentado ahí, él tampoco entendía, Snape calló a Hermione continuando la clase

- ¿Quién sabe la diferencia entre un animago y un hombre lobo? - Hermione levantó su brazo - Nadie, que decepción -

- Yo profesor, un animago es un mago que elige ser un animal mediante una serie de pasos complicados y extensos, el hombre lobo no lo decide, se transforma con la luna llena y olvida quien es, podría matar a su mejor amigo, además solo responde al llamado de los suyos - Draco aulló burlón, Hermione apretó los labios para no sonreír

- Gracias, señor Malfoy - Dijo Snape arrastrando las palabras - Es la segunda vez que habla sin permiso, ¿No puede contenerse o se siente orgullosa de ser la insoportable sabelotodo? -

- Es la verdad - Susurro Ron a Harry pues estaba molesto porque Croockshanks no paraba de molestar a su ahora temblorosa rata

- Cinco puntos menos, Gryffindor -

- Usted hizo la pregunta, Hermione respondió, ¿Para qué lo hace si no espera respuesta? - 

- Además, describió perfectamente lo que pregunto, creo merece puntos y no que se los quite - Secundo Draco a Ron

- Castigado, Weasley - Ron rodó los ojos acostumbrado pero Draco frunció el ceño

- ¿Qué hay de mi? - 

- Nada joven Malfoy -

- Creo que no es justo que solo castigue a Weasley, ¿qué necesito hacer para que sea igual de injusto conmigo? Desarmarlo y elevarlo por los aires con la cabeza hacia abajo - 

Severus miro a su ahijado, consciente de a que se refería, Narcissa Malfoy le había contado de sus años en el colegio, Draco miraba desafiante a su padrino

- No creo que pueda, pero por eso, castigado - Snape continuo con la clase ignorando a los chicos, Draco por su parte escribió una nota que transformo en un ave de papel y la envió a Hermione que la tomo entre sus manos rápidamente

"No te preocupes no me hará hacer nada, 

le diré a mi madre que hable con él, por Weasley y por mi, ella logrará

que salgamos del castigo"

La chica se giró a verle y sonrió, agradeciendo que la defendiera, no solo a ella, a Ron también, Draco le guiño el ojo para después girarse a su pergamino y seguir escribiendo

Gryffindor estaba en pleno partido con Hufflepuff, debía ser con Slytherin pero a pesar de que Draco se sentía mejor, Narcissa se negaba a aceptar que hiciera deporte por lo menos una semana más por lo que el rubio se encontraba junto a sus amigos serpientes en la torre de los leones

El día era lluvioso, logró divisar a su prima y la amiga de esta entre los leones pero parecían haber asistido por mera obligación, se mostraban frías e incluso parecían molestas, Hermione que veía a Harry volar bajo, diviso lo que parecía ser un perro fuera del campo de Quidditch

- Draco, ves aquel perro negro - El rubio tomo los binoculares que la castaña le pasaba

- Que raro, no es Fangs, ¿será de Hagrid también? - 

- Lo dudo -  Oliver pidió tiempo muerto y la castaña bajo corriendo pero con cuidado las escaleras hasta llegar con Harry

- Harry, dame tus gafas, rápido - El azabache lo hizo sin dudar y Hermione sacó sus varita - !Impervius¡ -

- Repelen el agua - La castaña asintió, Wood chilló emocionado

- Si fueras mayor te habría besado, ganaremos - Los gemelos miraron a Wood pues Hermione era como su hermana, la chica por su parte se sonrojo pero antes de regresar a su lugar miró al perro y se acercó

- Hola, ¿estás perdido? - El perro ladró un poco y se acerco a la chica que le acaricio la cabeza agachándose un poco - Que lindo eres, tengo un gato, Croockshanks, pero no me molestaría cuidar de ti también -

El perro lamió la cara de la chica rápidamente y ella río como si de una niña pequeña se tratase, Hestia que miraba la escena desde el palco de profesores se tensó, no traía consigo binoculares, no podía pedir unos tampoco sin llamar la atención y para colmo Remus seguía recuperándose de la luna llena

- Lo siento, pero me tengo que ir, nos veremos después cuando merodee por la escuela - El perro ladró nuevamente y dio unos saltos

- ¿Todo bien? - Pregunto Draco cuando llegó la castaña a su lado

- Sí, el perro no es de Hagrid pero está educado, supongo que será de algún profesor, ¿Qué ha sucedido? -

- Diggory y Harry vieron la Snitch, están por allá arriba buscándola, el Hufflepuff es bueno después de todo - La multitud chilló, los chicos voltearon y vieron a Harry cayendo, la castaña tomó su boca, Ginny grito el nombre del azabache y Dumbledore se encargó de ayudar al chico

Los hermanos Weasley, Pansy, Neville, Hermione y Draco miraban de cerca a un Harry que descansaba sobre una de las camas de la enfermería, el azabache ya tendría que haber despertado por lo que estaban preocupados

- Luce pálido, ¿no  creen? -

- ¿Eres tonto, Weasley? - Pregunto Draco primero

- ¿Qué esperabas? Cayó de cuarenta metros - Contesto George a su hermano menor

- Sí, oye Ron vamos a subirte a  la torre de Astronomía y tirarte de ahí para ver como luces - Secundo Fred, el susodicho se sonrojo levemente

- Tal vez igual de pálido que de costumbre - Los chicos rieron, al menos su humor estaba intacto por lo que al ver la duda en su rostro, decidieron contarle lo que había sucedido, especialmente que había perdido su escoba de vuelo