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Su sed de sangre cada vez crecía mal, necesitaba calmarlo con algo. No podía matar a un ser humano eso era demasiado, y además no se arruinaría  la vida solo por una necesidad, que no era una necesidad básica.

—¿Donde mierda están los animales? —bufó Jeongin caminando por arriba de las hojas secas que caían de los árboles, su crujido era relajante, pero no lo suficiente para calmarlo, y además lo delataban.

Un pequeño conejito se hizo notar de entre las hojas en el suelo, perfecto, era lo que necesitaba. Se acercó sigilosamente para luego cargar al conejo, tomó la navaja entre sus manos y la apretó, si no quería matar a alguien, debía hacerlo.

Por amor (MPA #3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora