Capítulo Único

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Las noticias eran devastadoras y manipuladas a la misma vez. ¿Desde cuando es que empezó realmente esta enfermedad, que tanto tardó en manifestarse y esparcirse hasta llegar al grado de invadir todos los continentes? Como dijo alguien, primera vez en la historia que sucedía algo como esto. No era la primera enfermedad, no era la primera batalla de la humanidad pero sí era la primera vez que decretaron cuarentena mundial. Antes sólo azotaban a pequeños sectores y lo más grave todo un país, pero los tiempos cambiaron, las personas son más, la ignorancia sigue abundando y los corruptos siguen destruyendo.

Los hospitales colapsados, la obstinanción de quedarse en casa o el miedo creciente hacia dicha situación, temer que serás otro contagiado poniendo en peligro a los seres amados que viven contigo.

Jiang Cheng, Jiang YanLi y Jin ZiXuan son víctimas. Uno más grave que el otro, con el pie casi rozando una tumba pero allí están, respirando como pueden y sobreviviendo.

Fue un golpe fuerte para Jin Ling, quien sin saberlo fue la causa de la desgracia, nadie se dio cuenta y cuando lo revisaron ya estaba recuperándose solo pero todavía con vestigios de la enfermedad circulando en su organismo. Tuvieron que mantenerlo en cuatentena aislado hasta que se recuperó y volvió solo a su casa, con el corazón en la mano y envuelto en llanto por sus padres que se quedaron en el hospital.

Era un omega simple que le dieron la oportunidad de refugiarse en Lan JingYi. El Lan también fue azotado por su papá Jiang Cheng al enfermarse pero al menos tenía a su padre XiChen con él. Llegaron a un acuerdo de que el Jin se tenía que quedar con ellos para no desampararlo, por parte de Lan XiChen era por su naturaleza bondadosa pero su hijo lo hacía por amor. Amor a ese niño omega caprichoso y tierno.

Otro detalle a considerar, JingYi también era un omega y por esa razón no tenía el coraje suficiente para confesar sus sentimientos.

Aunque desde la primaria se llevaban mal, con el tiempo e intervención de su otro primo Lan Sizhui comenzaron a llevarse mejor. En la adultez ya tenía una relación mejor llevada, con bromas pesadas de ves en cuando y apoyo mutuo. Jin Ling se había convertido en un joven muy apuesto que llamaba mucho la atención, su constitución era alta y delgada, con una cintura estrecha, piernas tonificadas y el cabello tan largo y sedoso que daban ganas de hundir su nariz en ella para olerlo, su carita toda blanca y un poco rechoncha que le daba un toque de ternura, sus ojos grandes con unas pestañas bien tupidas que causaban envidia en las féminas, y ni hablar de esos ojazos de oro líquido. Todo en él era bellísimo ¿cómo no enamorarse de su físico? Su personalidad era poco atractiva para los demás alfas por no ser "sumiso" pero a JingYi le encantaba, discutir con él era divertido y su timidez a ciertas cosas hacía que su corazón se hinchara.

¿Y él? Solo era un pitufo molesto que se mete en problemas aún sin buscarlo. Toda la desgracia recaía en él que hasta parecía un chiste cada vez que en una reunión familiar sacaban los trapos sucios al sol. En una cena nunca puede faltar una anécdota que lo involucre a él por mero entretenimiento, pero esas cosas ya no le importaban mucho ahora, no cuando tiene que ahuyentar a alfas pervertidos lejos de su amor platónico.

Hablando de alfas pervertidos...

—Tengo que buscar la despensa ¿estarán bien si los dejo solos? —Lan XiChen estaba en la entrada del apartamento listo con su carrito para guardar las compras, era un día lluvioso y temía dejarlos solos por un momento porque se puede ir la luz.

—Ya sabes que estaremos bien, estamos confinados —rueda los ojos JingYi con hastío.

—Usted vaya tranquilo señor Lan, yo cuidaré de que el torpe no destroce la casa —se burla el Jin y recibe un golpe en la cabeza, el arma era un cojín.

Confinados (LingYi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora