Puedo Explicarlo...

Capítulo 2

Narra Maindoka

No sabia que hacer, el solo estaba ahí, mirándome, me sentía incomoda, dolida, me costaba demasiado concentrarme en mi cuaderno o en pensar en la prueba que se acercaba cada vez más, al cabo de unos minutos llegó el profesor Aizawa...

Aizawa: Buenos días estudiantes, el día de hoy comenzaremos como siempre revisando las cámaras de el día de ayer -se me había olvidado por completo las cámaras, aunque el profesor Aizawa solo revisa las grabaciones que le interesan, siempre nos hace pasar pena de alguna forma-

Apenas voltee un poco la cabeza y vi Deku un tanto nervioso, no dejaba de jugar con el lápiz en su mano así que era obvio que lo estaba, tal vez a de ser porque no quería quedar mal por dejarme ir... Si... Debe ser eso

Narra Midoriya

Me sentí muy muy nervioso cuando el profesor Aizawa empezó a rebuscar entre los videos, entre ellos había uno de Denki y Mina bailando en la sala y cosas así, no le interesaban mucho al profesor así que los pasaba rápido, hasta que llegó al video de Maindoka y yo hablando, por suerte no tenía sonido pero se notaba la tensión. Vi a Maindoka y estaba muy concentrada viendo los videos, me entró una sensación horrible al cuerpo, quería que justo en ese momento me tragara la tierra y me escupiera 2 días atrás para arreglarlo todo... Pero no tenía opción, solo podía esperar la bomba que estaba apuntó de estallar...

Pasó la parte... todo el mundo nos miraba a Maindoka y a mi, ella estaba en shock, yo solo estaba esperando a que reaccionara bien pero sabía que eso no pasaría, se me partió el alma cuando vi una lagrima cayendo por su mejilla...

Midoriya: Maindoka por favor dejame explicarte lo que pasó

Maindoka: ¿¡QUE QUIERES EXPLICARME AH!? COMO TE BESASTE CON URARAKA... ¿¡ESO ES LO QUE QUIERES EXPLICARME!?

Midoriya: N-no eso yo solo quiero que hablemos y arreglemos todo por favor -a este punto ella había salido corriendo del salón y estabamos discutiendo en el pasillo rodeado de gente-

Maindoka: Izuku... ¿¡De verdad quieres seguir con esto!?, ¿¡QUIERES QUE SIGAMONOS LASTIMANDONOS, ESO ES LO QUE QUIERES!?

Midoriya: NO!... No quiero eso solo hablemos por favor no... ¡NO QUIERO PERDERTE! -intenté acercarme a ella para voltearla y abrazarla pero activó su quirk-

El quirk de Maindoka es especial, se podría decir que es uno de los más poderosos de toda la U.A, tiene poder mental muy parecido al de Shinsou, si te toca te puede paralizar o hacerte mover a su anotojo, puede crear golems invisibles que le servirán a toda costa, puede borrar recuerdos, crear barreras y objetos invisibles, cuando lanza golpes si activa su poder así no te lastime tanto físicamente puede causarte daño mental o psicológico, puede hacer que entres en un estado de coma entre otros, de verdad es un poder temible, pero a ella no le gusta usarlo mucho, solo en situaciones importantes o que lo ameriten. Lo que a mí en mayor parte me gusta de su poder es que cuando lo usa, así sea lo más mínimo posible, los ojos se lo tornan un violeta fuerte, brillante, y muy atractivo que te ipnotiza de inmediato.

Maindoka:* me paralizó de inmediato*, MIDORIYA ENTIENDE DE UNA VEZ POR TODAS, TU PUEDES HACER TU VIDA -pequeñas lágrimas empezaron a brotar de sus ojos y de los míos-  TIENES DERECHO A HACERLA COMO QUIERAS Y CON QUIERENES QUIERAS! -metió su mano a su camisa y de ella tiró un objeto pequeño que calló cerca de mí pie, enseguida lo reconocí y no pude evitar ponerme más nostálgico...-  N-no, n-no me necesitas para eso...

Enseguida salió corriendo y desactivo su quirk en mi, recogí la pieza que había dejado, era un pequeño collar dorado de un rayito que le di hace apenas unos meses, ella tenía el suyo y yo el mío, cuando los juntabas el de ella brillaba morado y el mío verde simbolizando nuestros quirks quedando así juntos como un rayo. Era muy especial para mí la verdad... Quedé en el pasillo llorando, apegando con todas mis fuerzas ese collar a mi pecho junto donde estaba el mío, me empezaron a preguntar que a donde podría haber ido porque no la encontraban y venía la prueba física, que si había algún lugar especial de nosotros donde pudiera estar, recordé que juntos solíamos ir a la cuarto torre de la escuela, nunca nadie pasaba por ahí y era un excelente lugar para ir a ver el atardecer, enseguida Lisa fue corriendo a buscarla