SILUETA

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Me resulta extraño tener un diario, jamás había escrito uno, de hecho, nunca me habría planteado comenzar uno de no ser...por las aterradoras cosas que me han estado ocurriendo desde hace dos semanas.

Seré breve, llevo cerca de dos años viviendo solo, soy el típico chico de 25 años, salía con amigos, iba al trabajo, incluso tuve una relación estable con una chica.

Todo eso quedo en el pasado.

Comenzó como un sueño extraño, dos círculos blancos flotando en la inmensa oscuridad, eran brillantes pero no iluminaban absolutamente nada alrededor suyo, se encontraban en medio de la nada misma. Eran ojos, mirándome fijamente, estudiándome, viendo en lo más profundo de mi mente.

En la noche siguiente se repitió tal sueño, exactamente igual solo que con una diferencia. Habían susurros, incomprensibles y lejanos al principio, pero gradualmente se acercaban. Cuando las voces extrañas estaban por lograr comprenderse, desperté. No le di importancia al inicio y seguí con normalidad.

Pasaron tres días y no volví a tener el sueño, ya lo había olvidado, me preocupaba por mi vida social, pagar mis impuestos, cumplir en mi trabajo, lo típico. Pero en todo ese tiempo, no pude evitar sentirme raro, nervioso, como si algo o alguien mes estuviera observando en cada momento. Me sentía inseguro, creía que aquello estaba esperando para... ¿Para hacer qué? ¿Estoy a salvo de eso? Fueron preguntas que asaltaban mi cabeza todo el tiempo.

"Me estoy volviendo loco" pensé repetidas veces.

Esa noche me fui dormir junto con la incómoda sensación paranoica, solo que más fuerte de lo habitual.

El sueño regreso, pero ya no era lo mismo, algo más tenía que lo volvía más cerca de una pesadilla, a parte del hecho de que los susurros ahora ya no eran incomprensibles, ni siquiera iniciaban lejanos. Empezaban fuertes y totalmente entendibles. "Te encontré" o "Estoy muy cerca" eso era todo lo que decían, lo repetían una y otra y otra vez. Se iban incrementando hasta un punto ensordecedor. Y los ojos, tenían algo diferente, no sabría explicarlo, pero eran más... atemorizantes, denotaban un vacío infinito de toda humanidad, no tenía idea de que era, pero lo que si sabía, era que daban mucho, mucho miedo.

Después de esa noche, todo marcho a peor.

Los sueños se habían vuelto pesadillas, y mi sentimiento paranoico me comía por dentro, no podía estar tranquilo en ningún lugar, y pronto deje de salir con mis amigos y mi novia, comencé a faltar al trabajo. Bloquee la puerta con muebles y me metía en mi cama, temblando de miedo todo el día.

A veces, por el rabillo del ojo, en los rincones más oscuros podía apreciar lo que parecía una figura negra, una silueta, con unos ojos blancos y brillantes. Cuando volteaba mi vista hacia aquello, siempre pasaba lo mismo, no había nada ahí. Me pasaba unas diez veces por día.

Ya no me sentía observado,me había dado cuenta de que el sentimiento no era resultado de un fallo de mi cabeza.  De verdad, algo me acosaba, estaba completamente seguro. Y cada vez estaba más cerca.

Poco a poco me fui quedando solo, mi celular por fin entro en un silencio total, y mi puerta que era golpeada continuamente por gente que quería que la dejara entrar, se había callado de una vez. Decian que podían ayudarme, que tenía problemas y que necesitaba a un psiquiatra.

Obviamente no me lo creí. Su plan era llevarme a un hospital mental, lo sabía, y me rehusó a vivir rodeado de locos recibiendo medicamentos. Además, eso me seguiría, no tengo lugar donde esconderme de él.

"¡No estoy loco! No estoy delirando nada, yo lo sé, esto es completamente real, estoy seguro. Eso se está acercando." Les dije repetidas veces mientras me mecía en el suelo con mis brazos abrazando mis rodillas, pegándomelas al pecho.

Silueta (Historia corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora