Lo nuestro comenzó de manera extraña, nada era romántico. Para muchos podía ser poco tolerante, pero, esa es su manera de amar.Él es salvaje, no mide las consecuencias, pero fuera de eso es el amor hecho persona. La gentileza con la que me trata cuando estamos solos no la cambiaría por nada.
Pero nadie parece darse cuenta que el amor no sólo son palabras bonitas. También puede sobrepasar un de un beso, y eso no es malo.
-¿Por qué las clases deben hablar de sexualidad? -dice con repugnancia Kanao.
-¿Tiene algo de malo? El sexo es normal en la vida humana.
-Aoi... -la de orbes magenta la mira asombrada-. No hables de eso... Es asqueroso.
-¿Asqueroso...?
-Nosotras no deberíamos hablar de eso. Somos mujeres.
-¿Y que hay con eso? -cuestiona con una ceja levantada.
-¿Tus padres no te han dicho que no debes hablar de eso sin haberte casado antes? Agh... -hace una mueca.
-Tonterías -bufa.
-Deberías alejarte de Inosuke, parece que te está corrompiendo de perversidad.
Todos piensan igual, todos me dicen lo mismo, todos hablan de manera horrible sobre algo que es normal y que, la gente que más temor tiene de hablarlo es la que más ha cometido ese pecado tan natural.
-¡Inosuke!
-¿Vengo en mal momento?
-Claro que no -sonríe-. Pasa.
Nuestra relación es secreto por no ser bien vista, dentro y fuera del instituto.
Eso me parece un error.
¿Por qué debemos reprimir lo que sentimos?
¿Por qué la gente no tiene la mente más abierta en cuanto el amor?
¿Por qué los padres no hablan de ello cuando deben de hacerlo?
Gracias a eso hay personas que lo miran con repugnancia como Kanao, o que lo ven como algo maligno y el ejemplo de ello es Tanjiro.
-Hace frío -dice el azabache cerrando las cortinas del apartamento de su novia.
-Toma -le entrega una manta-. Suele hacer frío cuando va a llover.
-¿Crees que llueva?
-No lo sé. El cielo no está muy nublado.
Él se sentó sobre la orilla de la cama, sobre su espalda tiene la manta y sus manos están entrelazadas mientras me mira sin decir nada.
-¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? -pregunta Kanzaki llevando sus manos sobre su cadera.
-No -responde apartando la vista y frunciendo levemente el entrecejo.
Sé que intenta llamar mi atención. Lleva un par de semanas actuando más afectuoso que de costumbre, me mira más que otras veces y he notado que intenta llevar los besos más lejos.
Llevamos tres años saliendo bajo los ojos de la gente. Con temor nos tomamos de las manos en el colegio y damos transitorios besos de dulce.
Es comprensivo y agradable. Tal vez es tiempo de elevar las caricias o simplemente conocerlo más a fondo de una manera más... cariñosa.
-Inosuke...
Lo llamé, me miró incrédulo y seguido me acerque con premura para abrazarlo. Él acurrucó su cara en mi abdomen y me rodeo con sus brazos.
Ese calor es bastante agradable.
-Bésame.
-¿Ah? -levanta la mirada.
-Besame... -sonrojada desvía la vista.
-¿Por qué?
-¡Si no quieres no lo hagas!
Me sentía ridícula, tal vez mal intérprete su comportamiento todo este tiempo.
-Si me pides algo de la nada me desconcierto. Pero no significa que no te lo daré.
Su voz es áspera y seca, tal vez para otras chicas ruda y sin sentimientos. Pero a mí me enloquece de alguna manera.
Él beso mi estómago y me apretó en sus brazos.
-¿Puedes darme lo que quiera?
-Lo que quieras.
-Te quiero a ti.
-Yo no tengo límites. Piensa bien lo que quieres.
-No te quiero... Te necesito...
Él coló sus manos debajo de mi blusa y empezó a subirlas por mi espalda. No apartaba su mirada de mis ojos, como si me advirtiera de algo.
-Tus deseos son órdenes para mí.
Sus manos estaban heladas, eso hizo que me estremeció al instante.
Se sentía bien. Son sensaciones que nunca había experimentado.
Quería más.
No deje que se apartar de mí, lo abrace con fuerza y acariciaba su cuello con afán de que siguiera a algo más intenso.
Inosuke tocaba mi cintura. Se sentía tan bien que no me percaté que estaba por bajar mi falda. Detuve mis caricias y el igualmente paró de hacerlas.
-E-está bien, Inosuke...
Suspiró y finalmente dejó caer al piso mi prenda inferior.
Por primera vez en mi vida mostré algo más que un escote.
Me mostré completamente ante él.
Me retiré el sostén mientras me mantenía sentada en sus piernas, ya no tenía bragas pues él me las retiró junto a la falda.
Estaba feliz de algún modo y él parecía disfrutar todo. Estaba desnudo, podía verlo con aquello que llaman lujuria y, eso me provocaba polaridades jamás descubiertas.
¿Estoy haciendo algo bueno?
Preguntaba dentro de mí, pero la respuesta era un "si estás segura hazlo".
Claro, finalmente lo hice.
Estaba llorando mientras mis labios tocaban los suyos y en mi interior sentía el dolor de un "adiós virginidad". Sus manos pasan sobre mi espalda desnuda y suben hasta mi nuca para jalar mis cabellos. Yo ejercía movimientos subiendo y bajando sobre él. La presión dentro era fabulosa, adicta y me enloquecía de ese éxtasis llamado placer.
Esto no debe terminar.
Él apretaba mi cadera con fuerza y gemía con tantas ganas que me erizaba la piel al sentir sus suspiros sobre mi pecho.
De mi boca no paraban de salir quejidos. Ya estaba cansada pero algo me impedía detenerme.
Ese algo fue aquella electricidad que sentí cuando me abrazó con vigor mientras me murmuraba un "gracias, Aoi".
Al amanecer abrí los ojos y lo miré. Seguía dormido y aún no soltaba mi mano.
Creo que no cometí un error.
Tener sexo es algo normal.
¿No creen?
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Nuestro Secreto [InoAoi] ©
FanfictionLa sexualidad no debería ser tabú, ¿verdad? Información importante para el lector. -Primera edición. Wattpad 2020. -Obra de un capítulo. -Contiene erotismo. -La trama de la historia es 100% creada por mí, por lo tanto no se pueden hacer copias ni a...