Capítulo 2: Encuentro inconsciente

43 4 3
                                    


"Ricardo bueno" estaba por hablar con Xi Jinping, presidente de china,  pero uno de sus secretarios le dijo que debía esperar para aquella reunión, puesto que había surgido un problema con la bomba, y tenía una mala calibración sobre el lugar donde iba a estallar. Ricardo se fue de inmediato a revisar lo que estaban diciendo, y al llegar, les dijo que la recalibraran de inmediato porque en verdad necesitaba aquella bomba. Uno de los técnicos que estaba junto a la bomba dijo que esta explosión destruiría más lo necesario. Y Ricardo dijo:

       - ¿Y qué importa? China hizo una guerra para conseguir mayor territorio y se adueñó de Japón en su guerra militar. A mí no me importa si explotan más ciudades, pero sí Tokio para destruir su base de información secreta.

       - Seguro que está bien, señor? - preguntó el técnico.

       - Sí, y ya no digas nada, solo asegúrate de que la bomba llegue.

Ricardo se fue algo enojado y regresó a hacer la charla con el presidente Xi Jinping; el cual estaba enojado con Ricardo porque México estaba por superar a China en potencia mundial. «Quiero que hagamos un tratado de comercio mayor para ayudarnos económicamente». Dijo Ricardo al presidente chino. El presidente chino lo miró con duda y le dijo que no, que no habrían ningún tratado; Ricardo insistió más veces y dándole entre excusas y hechos, las ventajas que habrían con ese tratado. Pero el presidente chino no se inmutó, y respondió con un "no" nuevamente. «Bien, no hay tratado. La junta se termina. Gracias por su tiempo señor presidente Xi Jinping«. El presidente Xi Jinping se despidió y Ricardo terminó la llamada. 

Ricardo de nuevo se fue adonde la bomba, pero esta vez con un paso marcado, y una cara de furia y estrés. Llego y el técnico le preguntó lo siguiente.

       - ¿Qué pasó mi "presi"? ¿El tratado sí se hizo y va a querer que desarmemos la bomba?

       - Todo lo contrario, pues ahora quiero que hagan una bomba de repuesto - dijo Ricardo casi echando rabia por la boca-. Esa se la aventaremos al palacio de Taipéi.

La cara del técnico era de miedo, mientras que todos los demás presentes se le quedaban viendo a Ricardo como si quisiera convertir su bomba en la nueva "Hiroshima". Ricardo dijo que no lo vieran así, que mejor se pusieran en marcha, a lo que uno de los ingenieros le dijo que se tardarían por lo menos medio año en recrear aquella bomba; Ricardo casi desmayándose dijo que estaba bien, pero que ya se pusieran manos a la obra, que esperaría el tiempo necesario. Y al terminar de decir eso se desmayó en la sala de la bomba...

Mientras tanto en el otro mundo paralelo:

"Ricardo malo" estaba con todos los matemáticos, físicos, físicos cuánticos y demás personas que él había contratado, planeando en qué momento podrían abrir un portal hacia otra dimensión. Entre tanto pensar y pensar, hacer cálculos, no obtuvieron resultado alguno, pues decía que se necesitaba una gran cantidad de energía en el universo, como un punto en el que dos mundos paralelos chocaran; y ese mundo debía tener una gran cantidad de energía concentrada para que se abriera un portal.  Intentaron averiguar qué hacer, a lo que este Ricardo dijo que iba a contratar unos ingenieros para crear la máquina que abriera el portal.

Ricardo estaba en su oficina hablando los ingenieros, los cuales aceptaron trabajar en secreto para él.  Él seguía con preocupaciones, y una de éstas era que no sabía cómo reaccionaría el pueblo al enterarse de que AMLO murió y que misteriosamente ahora él es el nuevo presidente. Ricardo se sentía muy mal, se le bajó la presión y se terminó desmayando en la silla de su oficina.

En ese momento de inconciencia, "Ricardo malo" se encontró con "Ricardo bueno", pero ninguno sabía que el otro era un "yo" paralelo; pensaban que era su subconsciente; no obstante, ambos se preguntaban si el otro era su subconsciente, pero respondían que no, hasta el punto en que se confundieron aún más por pensar si su cerebro les jugaba una broma extraña. 

Ambos dijeron qué es lo que hacían, qué les gustaba, y cosas por el estilo. En los gustos no coincidían, y en lo que hacía y su vida privada solo se parecía un poco. Eso fue por un largo rato hasta que "Ricardo malo" confesó que le encantaría viajar a un mundo paralelo y gobernarlo sin importar lo que tuviera que hacer; y "Ricardo bueno" decía que su plan era aventarle una bomba al centro de datos de China, al igual que al palacio de Taipéi. No coincidían en nada; ni en gustos ni en planes. Estos no tenían en mente en lo absoluto lo que el otro pensaba. 

Tanto "Ricardo bueno" como el malo, se sentían como si estuvieran con un completo desconocido, aunque fuera la misma persona. De un momento a otro, al estar hartos de no saber la verdad, intentaron acercarse y tocar el dedo del otro, como si se tratase de un espejo: pero obvio no lo era. Al hacer eso recibieron una descargar eléctrica, pero no como una ilusión, sino una de verdad. Al recibir esa descarga, "Ricardo bueno" vio el número 4; mientras que, "Ricardo malo" vio el número 7. 

Al despertar, "Ricardo bueno" estaba sudando en el suelo de donde se estaba fabricando la nueva bomba, todos lo miraban extrañados y preguntándole si estaba bien, a lo que él nervioso dijo que sí, que tal vez fue por el calor o por la presión de que no descubrieran su plan. 

Mientras tanto con "Ricardo malo":

Éste despertó solo en su oficina, nadie lo vio. Ricardo estaba confundido con lo que había visto, y le daba la corazonada de que ese era un Ricardo de un mundo paralelo, y pensaba que al ver ese 7 le daría una pista de algo. « ¿Existe un cierto número de mundos paralelos? Debo ir a preguntar».  Ricardo fue a preguntarle a los físicos cuánticos, los cuales le respondieron que era afirmativo, por lo que éste Ricardo terminó obsesionado con el número siete, pensando que el mundo paralelo siete es de donde venía aquel Ricardo...

Y así quedo "Ricardo malo" pensando por unas semanas en aquel número y aquella situación; mientras que "Ricardo bueno" hacía todo lo posible por olvidarlo y concentrarse en su plan. Hasta que en el mundo de "Ricardo bueno", ocurrió algo inesperado y que cambiaría su mundo...


La última guerraWhere stories live. Discover now