No es sólo Sangre

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Los personajes no me pertenecen, pero la historia si.


Escuela Primaria Juban.

En un salón del instituto, un grupo de niños de primer grado elaboraban lo que parecía una carta.

Una niña en particular, se encontraba trabajando sin descanso, depositando todo su esfuerzo en sus dos creaciones. Era extraño, los demás niños realizaban un escrito, pero, por alguna extraña razón, esa pelinegra estaba elaborando dos.

"Un poco más de color", Hotaru habló para sí misma mientras continuaba coloreando.

"Listo, a Michiru mamá y Setsuna mamá les encantarán", Tomoe se sentía orgullosa de su trabajo.

El timbre sonó, indicando la hora de descanso.

"Niños, guarden sus cosas y salgan a almorzar", habló la profesora de dicho salón de clases.

"Si, sensei", pronunciaron todos los niños al unísono.

Luego de que los infantes cumplieran la orden de la profesora, éstos abandonaron el salón de forma ordenada con sus alimentos en mano. Los pequeños se organizaron en sus grupos de amigos en cada una de las bancas del lugar.

Hotaru era la niña más conocida entre los directivos y personal en general de la escuela, así como por los padres de familia, debido a que sus padres eran celebridades conocidas en todo Japón. Entre los alumnos de la escuela también se comentaba sobre el hecho de que Tomoe asistiera a ese instituto.

Michiru y Setsuna estuvieron de acuerdo en que su pequeña hija asistiera a una primaria pública, ya que consideraban que los institutos de educación elemental contaban con un nivel adecuado en los estándares educativos. Además, acordaron que en el nivel medio superior Hotaru asistiría a una Academia privada que le brindara un mejor desarrollo en el ámbito que ella decidiera desempeñar profesionalmente. Haruka aceptó la decisión de las figuras maternas de su hija, aunque no estuvo de acuerdo, ella prefería que su pequeña tomara clases en casa, así podría vigilarla en todo momento y protegerla.

Por el contrario, las madres de la pequeña Hotaru se sentían cómodas con la forma en la que trataban su hija, ya que recibía el mismo trato que el resto de los alumnos, significando la igualdad en los estudiantes, y, con esto, que no surgiera indignación entre ellos por privilegios que pudiera llegar a recibir Tomoe. Además, querían que su hija se desenvolviera y creciera en un ambiente normal, el cual le permitiera forjar un carácter sólido para afrontar la vida adulta en el futuro.

La rubia no quería que su princesa estuviera vulnerable, por lo que todos los fines de semana entrenaban y le enseñaba defensa personal.

A pesar de que Hotaru actualmente llevaba una vida normal, continuaba teniendo dificultad para relacionarse y hacer amistades. Los allegados de su edad se reducían a 2, una niña llamada Misaki y otra de nombre Akari. Ambas de familias típicas japonesas, un padre oficinista y una madre dedicada a las labores del hogar y los hijos.

Las dos amigas de Tomoe adoraban ir a jugar a la casa de ésta, ya que sus padres eran muy adinerados y eso se traducía en cientos de juguetes del momento. Ambas niñas parecían una buena influencia para la pequeña Hotaru.

"¿Qué les mandaron de almorzar?", la pelinegra tomó asiento entre sus dos amigas.

"A mí un emparedado de jamón", respondió Araki al mismo tiempo que daba un gran mordisco al sándwich que sujetaba entre sus manos.

"A mí también", Misaki imitó la acción de la niña anterior.

"¿Y a ti Hotaru?", Akari miró con intriga ala ojipúrpura.

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