34.

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-Natalie Baker- sonreí con malicia- ¿Ya me extrañabas?- sonreí con chulería.

-Muy graciosa- soltó una carcajada sarcástica - No sueles venir a esta clase de lugares y no eres bienvenida aquí -

-Parece que alguien ha estado acosándome. Pero me da gusto decirte que no sabes una mierda- dirigí la mirada a Wesley -¿No soy bienvenida? Por que él no dice lo mismo- dirigió su mirada al chico- Al parecer es un honor tenerme aqui-

- Este es mi lugar. Estas en mi casa básicamente - sonrió de lado.

- ¿Es un reto?- alcé una ceja- ¿Quieres tragar polvo nuevamente?-

Su mirada se dirigió a la chaqueta que llevaba puesta, frunció levemente el ceño y apartó la mirada queriendo disimular.

¿Celosa Baker?

-¿Él te trajo aquí?- preguntó mirándome seriamente.

-¿Lucca? Si, vine con él - mi mirada se posó en la carretera, esperando ver a Lucca de vuelta.

- Típico de Lucca- sonrió negando, la observé con las cejas fruncidas- ¿No lo sabias? Él también me trajo a este lugar por primera vez, y también he usado la chaqueta que cuelga de tus hombros - sonrió con arrogancia.

- Es un dato realmente interesante- elevó una ceja- Pero claramente me importa una mierda- reí con burla.

-Solo eres una más- tomó un mechón de pelo entre sus dedos.

En ese momento el motor de una moto muy cerca de nosotras me hizo voltear. Lucca se sacaba el casco mirándome con una sonrisa.

- Gané cielo- sonreí al escucharlo llamarme de esa manera.

Caminé hacía a él pero me detuve y enfrente a Natalie.

-Dejame adivinar, también te llama "cielo" y te sonríe de esa manera ¿Verdad?- Al ver la furia en su mirada descubrí que no era asi. Retomé mi camino pero una mano en mi brazo me detuvo con fuerza, observé su mano para luego tomarla por la muñeca en un rápido movimiento.

- No me toques- gruñí - Puedo destrozar tu jodida muñeca si asi lo quiero- ejercí más presión - No me provoques- la solté bruscamente.

Lucca llegó rápidamente a mi lado posando una mano en mi espalda baja.

-¿Pasa algo aqui?- preguntó seriamente.

-Le daba la bienvenida a Queen - sonrió cínicamente.

-Una cálida bienvenida- hablé con sarcasmo- Te diré algo morena, no te metas conmigo. Eres amiga de Lucca y por eso no te he roto la cara aún, no me busques porque me encontrarás y creeme, no te conviene hacerlo - al finalizar le di una sonrisa egocéntrica para luego pasar por su lado- Y oye...- me fulminó con la mirada- Se me ve mejor a mi- tomé los bordes de la chaqueta enseñándole mi atuendo - ¿No crees?- sonreí, ella trató de acercarse a mi pero el chico tatuado a su lado la tomó por la cintura.

-Suficiente- la ronca y fría voz de Lucca intervino.

Baker lo observó de arriba a bajo mordiendo sus labios para luego acercarse a él y besar la comisura de su labio.

- Hola Lu- sonrió coqueta.

-Hola Nat- le devolvió el saludo.

Claramente la que sobraba en este momento era yo, cada persona con problemas tiene a su ángel, su persona especial que lo hace ser diferente. Un claro ejemplo es mi amigo James, Hanna es su ángel y claramente se comporta con ella como no lo haría jamás con nadie. Esa conexión se da con una sola persona, con esa persona especial. Y ella era su persona especial, Natalie era la chica especial de Lucca. Mientras mantenían una conversación sobre la carrera tomé mi celular y le envíe un mensaje a la única persona que siempre esta para mi incondicionalmente, esa persona que podría llamar a la hora que sea y vendría por mi.

Contrarreloj [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora