CRIO

Día 1

Empiezo mi búsqueda, era de madrugada, el sol aún no salía pero no estaba del todo oscuro. Cerca de casa había un supermercado, tal vez habría comida. Cuando llege estaba destruida, era de esperarse, entre los pasillos había poco, parecía que habían saqueado de suministros antes, encontré algunas latas de granos de maíz y guisantes en el almacén, encontré también un machete en el área de jardinería y unas tijeras grandes, estaba tranquilo, pues no había nadie, o eso pensé, empecé a escuchar como si buscaran algo de comer desesperadamente, cargué mi arma, pensé que se trataba de un loco o algún animal salvaje, me acerqué lento espere a que se quedara quieto y... apunté, solo sonreí pues solo se trataba de un labrador negro, me le acerqué con cuidado aún, pues podría ser algún perro agresivo, pero no fue así, abrí una lata de carne y la compartí, y lo acaricie, parecía que hace mucho no miraba un humano pues se puso muy contento.

- Te llamaré... Lucifer.

Continué caminando, buscando que más podría encontrar por ahí, con un binocular que encontré por en la acera, pude observar lo que parecía un asentamiento humano, me emocioné y sin pensarlo empecé a correr, para llegar ahí, el camino parecía largo pero lucifer me acompañaba muy feliz. Pero que sorpresa me lleve cuando llegué y me encontré con un lugar abandonado, parecía saqueado o asaltado busque entre las tiendas y no había absolutamente nada, solo ropa y vasijas polvorientas. Lo único bueno que pude encontrar fue agua, fue lo único bueno que había, comparti con Lucifer por supuesto.

Se hacía de noche y me tuve que quedar en esas tiendas llenas de polvo, me recoste en el suelo y me quedé dormida, pero me despertó un ruido, parecían pasos, Lucifer no estaba conmigo pensé que podría ser el, pero no se escuchaban como pisadas de perro, de pronto un balazo y un chillido de perro escuché, salí disparada de la tienda de acampar y fui hasta donde escuché el sonido, Lucifer tenía una pata herida, mire una sombra correr entre las tiendas, y me moví inmediatamente hasta ahí, saqué mi machete y en mi otra mano mi pistola, me intentó disparar pero no lo logró, y luego yo intenté pero estaba muy bien cubierto, de nuevo disparó pero ya me había movido de ese lugar, disparé y le di en el brazo, se tiró al suelo y con mi machete corrí hasta donde el, pero se levantó rápido y me apunto, justo en ese momento me quedé quieta.

- NO TE MUEVAS!!!- Me grito aquel hombre.

- No te quiero hacer daño, pero lastimaste a mi perro- le dije con esperanza de calmarlo.

- Yo no disparé a el perro, además no es tuyo y su nombre es Max- me dijo más quejándose por la herida

- ¿Qué? ¿cómo que es tuyo? Lo vi vagando solo.

- Eso es por que se escapó de mi campamento.

- ¿Tienes un campamento- respondí muy emocionada- Y, ¿hay más personas?

- No hay nadie más en mi campamento, hay más personas, pero la mayoría se volvieron carroñeros, buscan asentamientos pequeños, como este, y los saquean, mi madre es una de ellos, una líder carroñera, yo me fui y escapé lo más pronto que pude, no era mi estilo de vida.

- ¿Cómo podría confiar en ti?- Quería confiar, enserio, pero tenía miedo, las cosas pasaban muy rápido.

- Al parecer no tienes nada que perder, tu fuiste la que me disparó.

- Tu también me intentaste disparar- Subi un poco el tono.

- Tu crees que sí yo hubiera querido matarte, ¿habría fayado? Soy el mejor en esto- dijo con una sonrisa.

- Tu eres el que me está apuntando, todavía- Aún tenía mis manos arriba.

- Me llamo William, pero puedes decirme Will- parecía que lo decía coqueteando.

- Mi nombre es Bárbara, y no tengo apodos.- le dije con una voz seria.

- Bueno Bárbara vamos a mi campamento, MAX VEN AQUÍ AMIGO, eso es, ahora acompáñame ven aquí, te presento a Yudi.

- ¿Le pones nombre a una motocicleta?- A este punto crei que me iría con un loco.

- Por supuesto que tiene nombre, es mi bebé, sube, anda, Max irá en el pequeño y tu atrás conmigo- Su motocicleta tenía un pequeño compartimento a un lado con una rueda más para un pasajero pequeño, ideal para Max.

Y así empecé otro viaje, cada vez más lejos de Diana.

Algún día, nos volveremos a encontrar, pensé, pues la supervivencia cada día parecía más difícil.