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- ¿Podrías estar quieto por un segundo?- Dije susurrando y mirándolo de reojo.

- Esque la clase de este profesor es aburrida. - Libardo hizo un puchero y no dejaba de moverse.

- ¡Ya para!- Esta vez si lo miré y lo fulminé con la mirada.

- ¡Ay que pesada T/N! ¡Casi me pegas!

Lib comenzó a sacar su parte drama Queen, yo solo rodeé los ojos para seguir prestando atención a la clase.

- ¡A la hora que salgamos te juro que esta vez si me quejo a Marian!- Lo amenacé.

- ¡No por favor! ¡Cuentáselo a cualquiera pero a ella no!- Suplicó.

- Entonces dejame prestar atención a la clase.

Lib me miró por unos milisegundos para después girarse y cruzarse de brazos.

Odio cuando se comporta como un niño inmaduro, no sé como Marian logra soportarlo.

Por suerte el profesor no nos pilló hablando otra vez, porque si se daba cuenta nos castigaría.

Me impresiona bastante que me moleste sin yo hacerle nada.

A veces se comporta como un buen amigo y me aconseja, pero a veces me pregunto si en verdad solo somos amigos o solo lo estoy aguantando por Marian.

- Bien, como ya casi termina la clase les daré información sobre la salida que tendremos este viernes.

Lib dejó de escribir y puso toda su atención en el profesor, una sonrisa apareció en su rostro.

- Por fin algo que me interesa.- Susurra.

- Esta salida no es obligatoria, solo queremos que se diviertan después de tanto trabajo que han tenido este año.

Pude escuchar como todos se emocionaban por la salida que anunciaba el profesor.

- Si van a asistir no olviden anotarse en este listado.- Mostró el listado.

Antes de que dijera algo más sonó el timbre, anunciando que era hora de salir.

- Muy bien, nos vemos.- El profesor comenzó a guardar sus cosas.

- Vamos T/N, rápido, pareces una abuela.

Lib me miró serio y se cruzó de brazos.

- Nadie te dijo que me esperaras.- Dije eso y guardé el último libro que quedaba en el escritorio. Me incorporé y le saqué la lengua a Libi.

- ¡Uy mira que miedo!- Sarcástico.

- ¡MIEDO TENDRÁS CUANDO SE LO DIGA A MARIAN!- Dije eso y salí corriendo como flash.

Tenía que correr rápido porque Libi es muy bueno y rápido para correr.

Buscaba con mi mirada a Marian mientras corría y la vi al final del pasillo.

Intenté correr aún más rápido pero el me detuvo agarrandome de la cintura.

Volteé a mirar desconcertada a la persona y era el baboso de Libardo.

- Si tú le dices yo le digo que pasó el día que dijiste que te quedarías en casa porque "no te sentías bien".

Hizo comillas con sus dedos y abrí los ojos más de lo normal. Achiné los ojos y lo fulminé con la mirada.

- No te saldrás con la tuya.- Me acerqué.

- Ya lo hice.- Dibujó una sonrisa en su rostro y también acercó su cara.

Antes de que uno de los dos dijéramos o hiciéramos algo una voz nos interrumpió, haciendo que Libi y yo nos separáramos de golpe.

- ¿Qué hacían?- Movió sus dos cejas.


Libi me miró nervioso y dije:

- No, nada, solo que Libi es un tonto.- Sonreí nerviosa.

No tenía nada de respuesta, pero, ¿qué hacía? no soy buena mintiendo.

- ¿Por qué es un tonto? ¿Qué te hizo el infeliz?

Las manos de Marian se hicieron puños y miro a Libi frunciendo el ceño.

Libi me lanzó una mirada que daba miedo y yo actaré mi garganta para que Marian me mirara.

- Descuida, no es nada. Empiezo a acostumbrarme a su forma de ser.- Dije mirándolo de pies a cabeza, luego me puse a la par de Marian y dije:

- ¿Nos vamos a la cafetería?- Sonreí.

Marian: Ay, sí, muero de hambre.

Marian me tomó del brazo y nos fuimos caminando hacia el lugar

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¿Solo amigos? (Libardo Isaza y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora