¿Solo amigos? (Libardo Isaza y tú)

#3

- Así que, ¿vas a ir?

- Bien, iré a esa tonta salida.

                                                      HORAS DESPUÉS

- Deberías tener más cuidado.- Dije eso y le quité a Lib su teléfono.

- ¡T/N, devuélvemelo!- Extendió su mano.

- Te lo daré si caminas y dejas de mirarlo.- Dije seria.

- Ahora, ¿tú cuidas de mi?- Levantó una ceja.

- Claro, si tu me cuidas yo te cuido.

Lib me sonrió y le devolví la sonrisa.

- Bien. caminaré sin verlo.

Le devolví su teléfono y seguimos caminando.

Lib siempre me acompañaba a casa después de clase.

Se fue acostumbrando, Marian lo obligaba.

- ¿En serio vas a ir a la salida sólo para saber quien es?- Soltó.

- ¿No te daría curiosidad a ti si una chica lo hiciera?

- No, más bien tuviera miedo si eso pasara. Dijo serio.

- ¿Soy yo o te molesta que vaya a la salida por eso?

Un silencio incómodo se apoderó de la conversación.

Pasó unos minutos sin decir nada, hasta que dijo:

- Es que es ridículo, deberias ir por que quieres, no por el.

La voz de lib parecía molesta, lo que se me hizo extraño.

- Pues no debe importarte, yo hago lo que quiero.

- Pues deberías aprender a escuchar lo que digo.

- No quiero escuchar tus palabras.

- Claro, pero si te dicen que vayas a algún lugar lo haces, eres fácil de manipular.

El chico no dijo nada más y se puso delante mío, impidiendo que yo pudiera seguir andando.

- Pues cree lo que sea, tu opinión me importa poco.

Quise seguir caminando pero el me detuvo porque puso sus manos en mis hombros.

- Deja de ser tan egoísta conmigo.- Dijo serio.

- Entonces deja de decir cosas estúpidas.

Al decir eso ambos nos quedamos callados sin decir nada, sólo nos miramos fijamente. Sentía como el frío viento pasaba por nuestros rostros mientras nosotros permanecíamos en silencio.

Por alguna razón mi cuerpo estaba nervioso y no sabía por qué.

Lib se fue acercando poco a poco a mi cara, tanto que estábamos más cerca de lo que unos "amigos" deberían estar.

Él me quitó sus manos de mis hombros y las posó en mi cintura, acercándome más a su cuerpo.

En un abrir y cerrar de ojos, él había posado sus labios en los míos.

Era poco creíble lo que estaba pasando en estos momentos.

Tanto mi cuerpo como mi mente actuaron solos y correspondieron al beso de Libardo.

Ambos nos dejamos llevar, cada uno movía sus labios lentamente, lo cual lo hacía más romántico.

Pero recuperé mi cordura e inmediatamente lo separé de mi.

Ambos estábamos sorprendidos, aún no podía creer lo que había pasado.

- T/N, creo que es evidente lo que siento por ti.

Él bajo su cara avergonzado y yo solo suspiré.

- Parece que la noticia no es agradable para tus oídos.

- No lo es.- Solté sin más.

- No puede pasar nada más entre nosotros, sólo somos amigos.

- T/N...- Suspiró.

- Te veo mañana Libardo.