|UNO|

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Nunca llegué a pensar que mi vida correría tanto peligro.
No me había puesto a pensar en que ciertas cosas llegaran a pasarme a tan corta edad.
Nunca puse un límite, prefería callar.

Soy Sakura Haruno, tengo 17 años y ésta es mi historia.

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Hace dos meses terminé el primer año de preparatoria, siempre quise ser una chica popular. Cambié mi corte de cabello constantemente, subí mi falda del uniforme unos centímetros más arriba de mis rodillas, hice dietas estrictas, intentaba vestir a la moda, pero no funcionó, por lo que me rendí y dejé de llamar la atención para conseguir popularidad; sin embargo, dejé que las cosas fluyeran solas, y si, hice amigos, pero no fuí popular, cosa que al pasar el tiempo dejó de importarme.
Pero a base de eso, llegó el bullying, la depresión, el insomnio, la anorexia, malas calificaciones y muchos psicólogos.

Cuando comenzaron las vacaciones de verano, mi familia y yo nos mudamos a Osaka, Japón. Porque a papá le ofrecieron un trabajo súper importante, oportunidad que no podíamos dejar pasar. No me rehusé a mudarme, al contrario, estaba convencida de que tal vez una nueva ciudad nos caería muy bien a mi y amis padres, y a pesar de que aún no conocía a muchas personas, ya me sentía mejor.

Mi papá es Kisashi Haruno, es arquitecto, y mi mamá es Mebuki Haruno, ella es ama de casa.

Yo decidí salir un día a buscar un trabajo, por lo menos de medio tiempo, ya que un sueldo más para la casa no estaba de más.
Además de que no eramos personas a las que el dinero les sobraba.
Trabajé un mes y medio en una tienda departamental como ayudante general, realmente el salario no era muy bueno, pero era mientras entraba a mi nueva preparatoria, y además me ayudó mucho para aprender a socializar y hablar con más facilidad.

Con mi salario, pude hacerme un cambio de look, cosa que no podía hacer en mi anterior preparatoria debido a las reglas del instituto.
Decoloré mi cabello castaño y lo teñí de color rosa pastel y pedí que lo cortaran un poco, ya era tiempo de un buen cambio, desde hace poco comencé a pensar en que los cambios, por pequeños que sean, nos motivan y nos hacen tener más confianza en nosotros para hacer cualquier cosa.
Comencé a comer mejor, comencé a tener más seguridad conmigo misma y a dejar mis demonios a un lado. Me animé a hacer nuevas cosas y a intentar perder mis miedos para que en ésta etapa en la preparatoria tenga mejor suerte.

Y así, el día llegó.
Era un lunes por la mañana, un poco frío. La noche anterior no dormí casi nada por los nervios de entrar a una nueva escuela, pero no sería más la chica miedosa, era hora de sacar a la verdadera Sakura Haruno.
Me levanté de la cama y fuí directamente al baño dandome una relajante ducha con agua caliente.

Al salir, preparé mi ropa, (gracias a Dios ya no tendría que usar un molesto uniforme), tomé unos jeans negros, una blusa y mi chaqueta de mezclilla, seguido de mis converse blancos.
Me dediqué tiempo para arreglar mi cabello y maquillarme un poco. Tomé mi mochila y antes de salir de mi habitación me miré por ultima vez al espejo de cuerpo completo que estaba colgado en la pared.
"Será un buen año, no tengas miedo de nada". Me dije a mi misma, me dediqué una sonrisa y bajé al comedor donde mamá y papá ya estaban desayunando.

— Cariño, ven sientate, el desayuno ya está servido. — dijo mamá con su taza de café en las manos.

— Buenos días a ambos. — dije sonriente dando a mi papá un beso en la mejilla.

—¿Ya estás lista para tu primer día? — preguntó papá.

—Nunca he estado más lista. — respondí sentandome en la silla, cortando los panqueques que mamá había preparado.

—Recuerda que si aún no estás lista puedes esperar el tiempo que quieras. — contestó mamá con preocupación en sus ojos.

—Mamá no te preocupes por mi, estaré bien. — dije con suma confianza lo cual pareció tranquilizarla.

FORGIVENESS • |sasusaku| • (🌸editando🌸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora