Last First Kiss | MinBin ( One-shot )

OO | Besarte siempre se siente como el primer beso.

Me sentía un total desentendido en lo que estar enamorado significaba, pero no fue hasta que me encontré sentado en la arena frente al mar, ignorando por completo el magnífico atardecer por admirar el semblante tan pacífico del chico a mi lado que lo entendí; podía verlo de perfil, tenía sus ojos cerrados y gracias a la poca distancia que nos separaba lograba deleitarme con el sonido de su apaciguada respiración. Su imagen tan etérea lograba hipnotizarme por completo, desconozco si Minho era conciente de que era, prácticamente, un imán que atraía miradas a su paso y que sin tener que hacer el mínimo esfuerzo lograba hechizarte por completo.

Como lo conocí fue un hecho bastante desafortunado y embarazoso. Fue hace varios años, estaba en la biblioteca de la escuela estudiando para los exámenes finales y no pude evitar oír como terminaba con el bonito chico de pecas, pero él, a comparación de Félix que se encontraba desbordado en lágrimas, no parecía triste en lo absoluto.
Ese mismo día lo vi en el receso hablando animadamente con una chica de un curso superior, me sorprendió que al darse cuenta de que yo los observaba desde lejos me sonrió de aquella forma en la que sólo él lo hacía. Quisiera decir que me cayó pésimo por su actuar tan descarado y desalmado, pero no fue así, en su lugar caí rendido por Lee Minho. Era una batalla perdida, la primera de tantas.

— ¿Para qué vinimos aquí, Changbin?

Su voz ronca por haber estado en silencio durante tanto tiempo logró sacarme de mis pensamientos, ahora sus oscuros e intensos ojos me observaban y sentía que podía ver mi alma a través de ellos, su mirada profunda lograba intimidar a cualquiera, no a mí. No cuando me había perdido en ella un sinfín de veces. Tomé una bocanada de aire y llevé una de mis manos dentro del bolsillo de mi saco.
Había escrito una carta porque sabía que no iba a poder expresarme de forma correcta, me había preparado mentalmente, pero uno nunca está realmente preparado cuando Minho está cerca.
Desdoblé la hoja y aclaré mi garganta antes de comenzar a leer, me sentía nervioso, mis manos sudaban y sabía que él podía detectar mi nerviosismo. Reuní valor y con el miedo de que mi voz saliera temblorosa comencé a leer mis propias palabras sin poder mirarlo a los ojos.

— Quizá ahora mismo te estés preguntando por qué he decidido traerte a este lugar, quizá también te preguntes por qué estoy leyendo esto en vez de ir directo al grano y no andar con rodeos.— Relamí mis labios, un tanto resecos producto al mismo nerviosismo que se apoderaba de mí y nuevamente aclaré mi garganta. No podía ser tan difícil.— Verás... te he traído aquí porque recuerdo que años atrás me habías dicho que amabas los lugares tranquilos, pensé que venir aquí haría que te distrajeras al menos un poco de los exámenes de ingreso para la Universidad, respondiendo a la siguiente pregunta: estoy leyendo esto porque se me hace mucho más fácil poder expresarme. Necesito saber qué es exactamente lo que hay entre nosotros, necesito dejar de tener tantas dudas que me carcomen la mente cada vez que me voy a dormir, necesito saber... ¿Qué sientes? Pero por favor, sé sincero, no soy tonto y me doy cuenta. Dejé que me usaras desde el día en el que nos conocimos, aún sabiendo el riesgo que corría, caí por ti y sé que no fui el único. Sólo dime, ¿Son sinceros tus sentimientos? ¿Alguna vez lo fueron...?

Escribirlo la noche anterior había sido fácil, pero estar leyéndolo en voz alta por primera vez y con su atención puesta en mi lo hacía difícil. Sentía un nudo en mi garganta y una presión en el pecho, mis manos aún seguían temblorosas y no me animaba a subir la mirada, me aterraba la debilidad que sentía cada vez que nuestras miradas conectaban así sea por escasos segundos. Me tenía en sus manos.

Al sentir su mano tomando mi mentón con tanta delicadeza mi corazón comenzó a ir cada vez más rápido y tuve miedo de que Minho pudiese oírlo, me vi obligado a mirarlo a los ojos, su mirada era indescifrable, nunca podía saber qué había dentro de su cabeza, mientras que para él era tarea fácil el leerme de pies a cabeza.
No sé si quiero saber su respuesta, no estoy tan seguro, Minho puede destruir mi corazón en mil pedazos o hacerme la persona más feliz del mundo. Sé que él es consciente de eso.