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— Hola...

Un tímido ChangBin se asomó a la ventana del copiloto tomando por sorpresa a la alfa, quien brincando sobre su asiento volteó a ver al pequeño omega.

— Oh, ChangBinnie...

Con una sonrisa en su rostro lo invitó a adentrarse a su auto.

— Quería verte — dijo intentando entablar conversación con el de hebras castañas, pero este seguía sin emitir algún sonido — Perdón por no avisar, yo... quería darte una sorpresa — Se disculpó.

ChangBin asintió.

— Esta bien, no tienes por qué disculparte... — sentenció bajando su mirada hacia donde estaban sus manos.

— ¿Te parece bien si vamos al parque de diversiones? — inquirió — Me gustaría pasar más tiempo contigo. Claro, si no te molesta.

Fijó su mirada hacia la alfa, no podía rechazarle, sabía las consecuencias que eso traería. Y siendo sincero ChangBin no quería involucrarse en más problemas con sus padres, razón por la que terminó aceptando salir con SeulGi. Después de todo tampoco es como si quisiera regresar a su casa para escuchar el posible sermón que sus padres le tenían, sobre todo su madre quien presenció el beso que tuvo con MinHo.

Cuando llegaron al lugar, SeulGi aparcó su auto en el estacionamiento para poder adentrarse al parque de diversiones junto a ChangBin.

Estaba emocionada, lo único que deseaba era divertirse esa tarde junto al pequeño omega.

Arrastrándolo por todo el lugar iban de juego en juego. SeulGi sostenía fuertemente la mano de ChangBin para no perderlo en ningún momento. El último juego al que subirían sería a la rueda de la fortuna, ya que estar allá arriba sería relajante además de tener una hermosa vista del cielo nocturno adornado de todas las luces de lugar.

— ¿No es hermoso? — preguntó la alfa señalando el cielo estrellado.

ChangBin asintió regresando su vista hacia sus pies soltando un largo suspiro.

— Supongo que aún no te sientes cómodo conmigo.

— ¿Eh?

— Vamos, no tienes por qué ocultarlo, ChangBin. Sé que no quieres esto y si estas aceptando salir conmigo es solo por tus padres ¿Me equivoco?

— SeulGi... yo no-

— Tranquilo, lo escuche mientras tu madre discutía con tu padre — sentenció lánguida — Debo suponer entonces que esa marca es de la persona que tus padres no aceptan — Asintió — Ya veo...

— Yo... Lo siento.

— ¿Por qué? No es tu culpa tener padres tan entrometidos y...— Carraspeó antes de decir algo más.

— Idiotas — sentenció  el omega completando la oración.

— Sí, exacto, idiotas.

Ambos rieron.

Cuando la puerta de la cabina se abrió, SeulGi volvió a tomar la mano de ChangBin, quien no se negó. Caminaron hasta algún puesto de comida para poder saciar el hambre que los juegos habían provocado.

ChangBin estaba agradecido con la alfa por haberle escuchado y comprender la situación en la que estaba. Luego de esa pequeña charla que tuvieron sincerándose el uno con el otro SeulGi decidió ayudarle para que su familia no tenga que buscar otra mujer alfa que cortejara a su hijo. No estaba de acuerdo con el que sus padres se entrometan en la vida personal del pobre omega.

𝙇𝙖 𝙋𝙧𝙤𝙥𝙪𝙚𝙨𝙩𝙖 ➻ [Lмн ; Scв] TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora